Marco
Lolio a (m.
2 a. C.) fue un político y militar romano que desarrolló su cursus honorum
durante el gobierno de Augusto.
Debido a que no se conoce nada acerca de sus antepasados, se ha concluido que
fue un homo novus, es decir, el primero de su familia en obtener un cargo
público de importancia.
Se
sabe que Lolio fue gobernador de la recién creada provincia de Galacia, en
Anatolia, la actual Turquía. Se desconocen los méritos que tenía antes de que
se le asignara tan importante cargo, pero según las leyes romanas debió haber
sido cuestor, edil o tribuno y pretor.
Galacia
había sido gobernada por el rey Deyótaro y su hijo Amintas, pero al morir ambos, Augusto
decidió anexar su territorio al Imperio romano.
Lolio se encontró con la tarea
de convencer al pueblo de Galacia que se les uniera pacíficamente. Después de
lograr su cometido, el ejército de Galacia se convirtió en la Legio XXII
Deiotariana.
Debido
a su excelente trabajo en Anatolia, Lolio fue elegido cónsul en 21 a. C. La
elección del otro cónsul dio origen a disturbios, y el emperador Augusto envió
a su amigo Marco
Vipsanio Agripa a
restaurar el orden en Roma.
Debido a que lo más natural era que esta tarea
fuera asignada a Lolio, se ha deducido que el emperador no tenía mucha
confianza en el nuevo cónsul.
Sin
embargo, Lolio siguió demostrando a los romanos sus cualidades. En los años 19
y 18 a. C., venció a una tribu tracia, esta vez como gobernador de Macedonia.
Entre
los años 17 y 16 a. C. fue gobernador de la Galia Bélgica. La tribu germana de
los sicambrios lo derrotó en el valle del río Mosa. Puesto que el estandarte
del águila dorada de la V legión se perdió durante la batalla, esto se
consideró en Roma una humillación y su prestigio bajó considerablemente.
Marginado
de la vida militar, Lolio siguió siendo amigo de Augusto. El emperador le
asignó como tutor de su posible sucesor el joven Cayo César. Desde el año 1 a.
C., Lolio y el joven príncipe salieron a recorrer las provincias del este del
imperio, y las relaciones entre ellos se fueron deteriorando.
En la isla de
Rodas, Cayo César visitó a su tío Tiberio, que se había exiliado voluntariamente porque le era antipático al
emperador. Al parecer se produjo una discusión entre los dos familiares, candidatos
ambos a suceder a Augusto, y se rumoreó que Lolio fue responsable del
altercado.
La
gira del príncipe se vio interrumpida cuando estalló una terrible pelea con
Lolio, y Cayo César lo denunció ante el emperador. Lolio murió a los pocos
días, corriendo el rumor de que se había envenenado para evitar un humillante
castigo, aunque lo más probable fue que falleciera por causas naturales.
La
personalidad de Lolio no es muy clara, ya que las distintas fuentes se suelen
contradecir. Por ejemplo, el poeta Horacio se refiere a él como un hombre que estaba por encima de la avaricia,
mientras que Veleyo
Patérculo y Plinio el Viejo lo catalogan de codicioso.
La
nieta de Lolio, Lolia
Paulina, estuvo
casada durante un año con el emperador Calígula, quien luego la repudió.
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