El
niño, Cayo Julio César, nació el decimotercer día de Quinctilis y, por
consiguiente, el nacimiento se registró en el templo de Juno Lucina, por haber
tenido lugar dos días antes de los idus de julio, con categoría patricia y
condición senatorial. Era muy larguirucho y pesó algo más de lo que parecía, pero
también era muy fuerte, solemne y tranquilo y poco dado a llorar; era tan rubio
que el pelo casi no se le veía, aunque, mirándole de cerca, se observaba que lo
tenía en abundancia, y sus ojos, nada más nacer, eran de color verde azulado
claro, circundados de un azul tan oscuro que parecía negro.
( Colleen McCullough en "El primer hombre de Roma" )
No hay comentarios:
Publicar un comentario