César había sido asesinado cuando faltaban tres días para que se pusiera en marcha hacia Oriente, donde tenía la intención de conquistar el formidable y fabulosamente rico reino de los partos, y así poder utilizar el botín para devolver a Roma su esplendor. Había planeado estar ausente cinco años, y había organizado su campaña con todo su legendario genio. Así que ahora, con César muerto, sería Marco Antonio quien conquistaría a los partos y recuperaría Roma. Antonio se había hecho con los planes de César y decidió llevarlos a cabo ya que mostraban toda la brillantez de su creador, y con el convencimiento, no obstante, de que podía mejorarlos. Una de las razones por la que César había llegado a esta conclusión estaba en la naturaleza del grupo de hombres que fue al este con él; cada uno de ellos era un rastrero, un lameculos, y sabía exactamente cómo capturar al más grande de los peces: Marco Antonio, tan susceptible a las alabanzas y los halagos.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
lunes, 4 de mayo de 2015
MARCO ANTONIO TENÍA PROPÓSITO DE INVADIR EL IMPERIO PARTO
César había sido asesinado cuando faltaban tres días para que se pusiera en marcha hacia Oriente, donde tenía la intención de conquistar el formidable y fabulosamente rico reino de los partos, y así poder utilizar el botín para devolver a Roma su esplendor. Había planeado estar ausente cinco años, y había organizado su campaña con todo su legendario genio. Así que ahora, con César muerto, sería Marco Antonio quien conquistaría a los partos y recuperaría Roma. Antonio se había hecho con los planes de César y decidió llevarlos a cabo ya que mostraban toda la brillantez de su creador, y con el convencimiento, no obstante, de que podía mejorarlos. Una de las razones por la que César había llegado a esta conclusión estaba en la naturaleza del grupo de hombres que fue al este con él; cada uno de ellos era un rastrero, un lameculos, y sabía exactamente cómo capturar al más grande de los peces: Marco Antonio, tan susceptible a las alabanzas y los halagos.
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