miércoles, 13 de mayo de 2015

LA CONQUISTA DE LA DACIA




Trajano conocía el peligro germánico mejor que nadie. Habiendo consolidado la frontera del Rin, necesitaba establecer bases en la del Danubio, el la Dacia (correspondiente a la actual Rumania) que por extenderse hasta el corazón de la sombría Germania constituía una vía de acceso hacia aquellas regiones centrales.



Instalarse sólidamente en aquel país significaba asegurar la protección de la parte oriental del Imperio contra las invasiones. Por otras parte, la Dacia era muy rica en minas de oro y también en otros minerales.




Con su notable capacidad de soldado, Trajano organizó admirablemente su campaña, y la marcha de las legiones romanas hacia la capital, Sarmigezetusa, fue irresistible. El rey Decébalo tuvo que capitular, y su vencedor, tan magnánimo como diplomático, lo repuso en el trono, esperando que se comportaría como un fiel aliado.




Una clemencia tal, nueva en la historia romana, fue mal recompensada, ya que dos años después, en 105, Decébalo se sublevó.

                                                                              EL REY DECÉBALO DE LA DACIA



Trajano tuvo que combatir de nuevo, y esta vez el dacio perdió la vida, y su país se vio privado de la libertad de que todavía gozaba.



La Dacia se convirtió en provincia romana, siendo colonizada por antiguos legionarios, y el latín seguirá siendo la base de la actual lengua rumana.



ESCULTURA DE DECÉBALO EN RUMANÍA



Las minas de oro estaban ya completamente controladas por Roma. El botín reportado por la expedición fue tan abundante que Trajano, respetuoso con las costumbres, ofreció a su pueblo el más fastuoso triunfo que se había visto hasta entonces, una de aquellas lujosas orgías en las que se exaltaba la gloria y la prosperidad de las ciudades.

Durante los 123 días que duraron las fiestas murieron 12.000 fieras y con ellas 10.000 gladiadores. El oro de los dacios permitió la financiación de las más grandes obras de urbanización jamás emprendidas en Roma.




Después de seis años consagrados a su obra pacificadora,la nostalgia de los campos de batalla se apoderó del viejo general Trajano, que quiso reanudar el proyecto de César y de Antonio: Extender las fronteras del Imperio hasta el océano Indico.





No hay comentarios:

Publicar un comentario