El general volvió cansado a su tienda, y arrojó el casco sobre el catre. En el casco, que ya estaba abollado, notó otra gran abolladura. El general tomó nota mental de que tenía que pedir un casco nuevo. Era evidente que, como jefe de todas las fuerzas de tierra de la zona, no podía ir por el campo de batalla con un casco todo lleno de abolladuras. Se dejó caer sobre la silla y se quitó las botas con forros de piel albina que indicaban su ascendencia juliana, que ya estaban muy embarradas. El día había sido agotador.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
viernes, 1 de mayo de 2015
EL CASCO DEL VENCEDOR DE FARSALIA
El general volvió cansado a su tienda, y arrojó el casco sobre el catre. En el casco, que ya estaba abollado, notó otra gran abolladura. El general tomó nota mental de que tenía que pedir un casco nuevo. Era evidente que, como jefe de todas las fuerzas de tierra de la zona, no podía ir por el campo de batalla con un casco todo lleno de abolladuras. Se dejó caer sobre la silla y se quitó las botas con forros de piel albina que indicaban su ascendencia juliana, que ya estaban muy embarradas. El día había sido agotador.
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