miércoles, 13 de mayo de 2015

CONSEJOS POLÍTICOS DE GOBIERNO DEL DICTADOR CAYO JULIO CÉSAR, A LA FARAONA CLEOPATRA SÉPTIMA



A finales de mayo regresaron a Alejandría y encontraron que los escombros habían sido retirados por completo y por todas partes se construían nuevas viviendas. Mitrídates de Pérgamo se había trasladado a un cómodo palacio con su esposa, Berenice, y su hija, Laodicem, y Rufrio se dedicaba a edificar un cuartel para las tropas que se quedarían allí a pasar el invierno, al este de la ciudad, cerca del hipódromo, pues consideraba prudente alojar a sus legiones a un paso de los judíos y méticos.




César dio a la faraona consejos y advertencias.




-No seas tacaña, Cleopatra. Emplea el dinero en dar de comer a tu pueblo, y no pases el coste a los pobres. ¿Por qué crees que Roma tiene tan pocos problemas con su proletariado? No cobres entrada a las carreras de cuádrigas, y piensa en unos cuantos espectáculos que puedan organizarse en el ágora con acceso gratuito. Trae compañías de actores griegos para representar obras de Aristófanes, Menandros, los dramaturgos más alegres; a la gente corriente no le gustan las tragedias porque en general viven sus propias tragedias. Prefieren reír y olvidar sus problemas durante una tarde. Aumenta el número de fuentes públicas y construye algunos baños públicos asequibles. En Roma, retozar en una casa de baños cuesta un cuarto de sestercio; la gente sale limpia y de buen humor. Mantén bajo control a esas lamentables aves durante el verano. Contrata unos cuantos hombres y mujeres para lavar las calles e instala unas letrinas públicas decentes en cualquier lugar donde haya un desagüe que se lleve las aguas fétidas. Puesto que Alejandría y Egipto están sobrados de burocracia, establece censos para contar tanto a la ciudadanía en general como a la nobleza, y confecciona un catálogo de granos que dé derecho a los pobres a un medimnus de trigo al mes, más una ración de cebada para que puedan elaborar cerveza. El dinero que recibes como renta ha de distribuirse, no lo dejes enmohecer; si lo guardas, la economía se viene abajo. Alejandría ha sido domada, pero está en tus manos mantenerla así.




Y siguió enumerando las leyes que debía aprobar, los reglamentos y ordenanzas locales, la institución de un sistema de auditoría pública. Debía también reformar los bancos de Egipto, propiedad de la faraona, que los dirigía a través de una burocracia deficiente. ¡Eso no podía ser!



-Destina más dinero a la educación, anima a los pedagogos a crear escuelas en mercados y lugares públicos, subvenciona sus sueldos a fin de que más niños puedan aprender. Necesitas contables, escribanos, y cuando lleguen más libros llévalos directamente al museo. Los funcionarios públicos son perezosos, así que supervisa más severamente sus actividades, y no les ofrezcas cargos vitalicios.





Cleopatra escuchó mansamente, sintiéndose como una muñeca de trapo que movía la cabeza cada vez que la agitaban. Embarazada ya de ocho meses, se movía torpemente, no podía alejarse demasiado de un orinal, tenía que soportar las patadas del hijo de César en sus entrañas mientras que el propio César la aturullaba mentalmente. Pero estaba dispuesta a soportar cualquier cosa salvo la idea de que muy pronto él se iría, de que tendría que vivir sin él.

( Fragmento del libro de Colleen McCullough "El Caballo de César" )




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