Los fenicios fueron los primeros en fundar establecimientos comerciales en Libia, cuando los mercaderes de Tiro (en el actual Líbano), desarrollaron relaciones comerciales con las tribus bereberes y firmaron tratados con ellos para asegurar su cooperación en la explotación de materias primas.9 10 Durante el siglo V a. C., la más grande de las colonias fenicias, Cartago, había extendido su hegemonía en la mayor parte del norte de África, donde existía una civilización, conocida como púnica. Los asentamientos púnicos en la costa de Libia incluían Oea (Trípoli más tarde), Libdah (más tarde Leptis Magna) y Sabratha. Estas tres ciudades se encontraban en un área que más tarde se llamaría Trípoli, o "Tres Ciudades", de la que Trípoli, la capital de la Libia moderna llevaría su nombre.
En el 630 a. C., los antiguos griegos colonizaron el este de Libia y fundaron la ciudad de Cirene. Doscientos años más adelante, cuatro importantes ciudades griegas se establecieron en la zona conocida como Cirenaica: Barce o Barca (más adelante Marj ); Euhesperides (más tarde Berenice y hoy en día Bengasi), Taucheira (más tarde Arsinoe, la actual Tocra); Balagrae (más tarde Bayda y Beda Littoria bajo la ocupación italiana, hoy en día Bayda) y Apolonia (más tarde Susa), el puerto de Cirene.
Junto con Cirene, eran conocidas como la Pentápolis ("Cinco Ciudades").
Cirene se convirtió en uno de los grandes centros intelectuales y artísticos del mundo griego, y era famosa por su escuela de medicina, sus academias y su arquitectura. Los griegos de la Pentápolis resistieron las incursiones de los antiguos egipcios del Este, así como las de los cartagineses por el Occidente, hasta que en el 525 a. C. el ejército persa de Cambises II invadió la Cirenaica, que durante los próximos dos siglos permanecería bajo el dominio persa o egipcio.
Alejandro Magno fue bien recibido por los griegos, cuando entró en la Cirenaica en el 331 a. C., volviendo a caer el este de Libia bajo el control de los griegos, esta vez como parte del Reino Ptolemaico. Más tarde, se formaría una federación de la Pentápolis que sería gobernada por un rey habitualmente perteneciente a la casa real ptolemaica.
Libia romana
Después de la caída de Cartago, los romanos no ocuparon inmediatamente Tripolitania (la región del entorno de Trípoli), sino que la dejaron bajo el control de los reyes de Numidia, hasta que las ciudades costeras pidieron y obtuvieron su protección.
Ptolomeo Apión, el último gobernante griego, legó la Cirenaica a Roma, que anexionó formalmente la región en el 74 a. C. y la unió con Creta como una de las provincias senatoriales romanas.
Durante las guerras civiles romanas, Tripolitania (todavía no anexionada formalmente) y Cirenaica apoyaron a Pompeyo y Marco Antonio contra, respectivamente, César y Octavio. Los romanos completaron la conquista de la región en tiempos de Augusto, ocupando el norte de Fezzan ("Fasania") con Lucio Cornelio Balbo el Menor. Como parte de la Africa Nova la provincia de Tripolitania alcanzó gran prosperidad, y llegó a su edad de oro en los siglos II y III, cuando la ciudad de Leptis Magna, lugar de origen de la dinastía de los Severos, estaba en su mayor apogeo. Por otra parte, las primeras comunidades cristianas se establecieron en Cirenaica en la época del emperador Claudio, pero fue devastada en gran parte durante la Guerra de Kitos y, aunque sería repoblada por Trajano mediante colonias militares, a partir de entonces comenzaría su decadencia. A pesar de todo, durante más de 400 años, Tripolitania y Cirenaica fueron parte de un Estado cosmopolita cuyos ciudadanos compartían una lengua común, un sistema legal y una identidad romana.
Las ruinas romanas como las de Leptis Magna y Sabratha, existentes en la actual Libia, dan testimonio de la antigua vitalidad de la región, cuando ciudades populosas e incluso pueblos más pequeños disfrutaron de las comodidades de la vida urbana en forma de foros, mercados, espectáculos públicos o baños, que se encuentran en todos los rincones del Imperio Romano.
Comerciantes y artesanos de diversas partes del mundo romano se establecieron en el norte de África, pero el carácter de las ciudades de Tripolitania se mantuvo decididamente púnico y, en Cirenaica, el carácter griego. Tripolitania fue un gran exportador de aceite de oliva, así como un centro del comercio de marfil y animales salvajes llevado a la costa por los Garamantes, mientras que Cirenaica fue un centro importante de los vinos, drogas y caballos. El grueso de la población del campo consistía en agricultores bereberes, que en el oeste fueron completamente "romanizados" en la lengua y las costumbres.
Hasta el siglo X la lengua romance de África se mantuvo en uso en algunas zonas de Tripolitania, principalmente cerca de la frontera con Túnez.
En la foto el teatro de Sabrata en Libia.
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