Mitrídates del Ponto
gobernaba a través de los nobles en su nombre, y no era una ardua tarea para él
, ya que las ciudades del Ponto son estados griegos autónomos que a Mitrídates
sólo le pagan el impuesto que él estipula.
En cuanto a las zonas rurales, eran primitivas y aisladas. El
Ponto era un país de altas montañas que discurrían paralelas al mar Euxino y
por ello no existían buenas comunicaciones entre las diversas zonas.
Pero el rey tenía muchas fortalezas
dispersas en distintas cordilleras y cuatro cortes como mínimo: Amasia, Sinope,
Dasteira y Trapezus.
Siempre andaba de un lado para otro y, generalmente, sin un gran
séquito. También viajaba a Galacia, Capadocia y Comagene, donde gobiernan
parientes suyos.
Se dice que tenía sus tesoros escondidos al menos en 70 fortalezas
distintas por todos sus dominios. Por eso pudo hacer tantas guerras, y no le
faltaban recursos para financiarlas, teniendo una gran facilidad de esconderse
y refugiarse en cualquier rincón de su reino, del cual ni sis propios
cortesanos sabían adónde estaba si Mitrídates no se lo comunicaba (y no solía
hacerlo con frecuencia).
Plinio el Viejo, en su "Historia Natural",
hace referencia a su habilidad para los idiomas:
Mitrídates, que fue rey de veintidós naciones,
administró sus leyes en todos sus idiomas, y podía hablar cada uno de ellos sin
emplear intérprete.
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