domingo, 16 de abril de 2017

TRADICIÓN FAMILIAR DE LAS MUJERES DE LA CASA CÉSAR, Y EXIGENCIA MÍNIMA DE TIERRA PARA TENER ESCAÑO EN EL SENADO ROMANO


 


Siempre se había dicho que todas las Julias que nacían eran un tesoro por tener el peculiar y afortunado don de hacer felices a sus maridos, y así todas ya estaban predispuestas siempre a seguir y cumplir con la tradición familiar siendo entregadas a los mejores candidatos fueran patricios o plebeyos, pero que fueran lo suficientes ricos para que pudieran ascender los peldaños del cursus honorum, la escala honorífica que llevaba al pretorado y al consulado, porque solo con dinero era posible una buena carrera política, y para poder estar en el Senado como mínimo se exigía que cada familia tuviera como mínimo 500 yugadas de tierra (equivalente a unas 125 hectáreas, o sea a unos 1.250.000 metros cuadrados), que eso equivale a una extensión como casi tres veces la superficie del actual Estado del Vaticano.













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