Tito Quincio Capitolino Barbato (en latín, Titus
Quinctius Capitolinus Barbatus; m. 470 a. C.) fue un cónsul romano durante el
extrordinario número de seis ocasiones; 471 a. C., 468 a. C., 465 a. C., 446 a.
C. y 439 a. C..
Tito era miembro patricio de la gens Quincia, una de
las más antiguas de Roma. Acerca de sus padres y de su matrimonio nada se sabe,
salvo que tenía un hijo del mismo nombre, el cual alcanzó el consulado en 421
a. C.. El epíteto Capitolino podría estar en el asiento de la familia en la
colina Capitolina.
PRIMER CONSULADO (471 A. C.)
En 471 a. C., Tito Quincio fue cónsul por primera vez
con Apio Claudio Craso Sabino Regilense. Durante los conflictos sobre la
ley Publilia, se opuso a su colega, firme defensor de los patricios y trató de
conciliarse con los plebeyos, aplicando de esta forma la ley. A continuación,
llevó a cabo la guerra contra los ecuos, y su gran popularidad con los soldados
le permitió derrotar al enemigo, que no se atrevió a combatir a los romanos, lo
cual le permitió a Quincio asolar el país. Distribuyó el inmenso botín
adquirido en esta campaña entre todos los soldados.
SEGUNDO CONSULADO (468 A. C.)
Durante su segundo consulado, el cual compartió con Quinto
Servilio Estructo, de nuevo llevó una guerra contra volscos y ecuos, y por
su actuación, guardado el campamento romano, que fue atacado por el enemigo
durante la noche, después de la guerra fue honrado con un triunfo.
TERCER CONSULADO (465 A. C.)
En el año 465 a. C., la guerra contra equos y volscos
continuaba, y Capitolino, que se había establecido en el monte Álgido, escuchó
de los estragos que causaba el avance de los equos en territorio romano, regresó
a Roma y pronunció ante sus conciudadanos un discurso contra la conducción de
la guerra.
El Senado proclamó una justitium, y el cónsul marchó
para proteger la frontera romana, pero como no alcanzó a enfrentarse con el
enemigo, ya que durante ese periodo había sido derrotado por su colega Quinto
Fabio Vibulano. Capitolino regresó a Roma cuatro días después de haberla
dejado.
Posteriormente, una vez terminado su consulado,
Capitolino continuó en el año siguiente en el ejército, actuando como legado.
CUARTO CONSULADO (446 A. C.)
El consulado le fue dado por cuarta vez en el año 446
a. C., junto con Agripa Furio. En medio de las luchas intestinas en Roma
entre patricios y plebeyos, los equos y volscos tomaron, de nuevo, las armas, y
comenzaron a hacer estragos en Lacio, y llegaron hasta cerca de las paredes de
la ciudad. El pueblo de Roma estaba demasiado distraído en sus luchas civiles
para enfrentar esta amenaza, hasta que Capitolino logró disipar el descontento
de la plebe, y realizó una llamada vibrante a defender la nación con toda la
energía.
El mando supremo del ejército romano le fue dado con
el consentimiento de su colega, y logró rechazar al enemigo tras de una feroz
contienda.
QUINTO CONSULADO (443 A. C.)
En 443 a. C. Capitolino obtuvo su quinto consulado.
En este año, se instituyó en Roma la censura. Mientras que su colega Marco
Geganio Macerino estaba participando en una guerra contra Ardea, Capitolino
continuó adquiriendo prestigio actuando como mediador entre los patricios y
plebeyos.
SEXTO Y ÚLTIMO CONSULADO (439 A. C.)
Gracias a la extraordinaria sabiduría y moderación
que había mostrado en todas sus magistraturas, le hizo merecedor de un sexto
consulado (439 a. C.), junto con Agripa Menenio. Debido a la
conspiración de Espurio Melio, Capitolino señaló la necesidad de nombrar
a un dictador para hacer frente a esta situación; se le ofreció a él esta
dignidad, pero Capitolino se negó por razón de su avanzada edad, recomendando
que asumiera como dictador Lucio Quincio Cincinato, que fue en
consecuencia elevado a este cargo. La conspiración fue rápidamente aplastada,
Cincinato renunció y entregó el poder al Senado.
ÚLTIMAS ACTUACIONES
En el año 437 a. C., acompañó al dictador Mamerco
Emilio Mamercino como legado en su campaña contra Fidenas, y unos años más
tarde, se presentó para interceder por el hijo del dictador Cincinato, que fue
juzgado ante la comitia, y gracias a su acción y la de Quincio, logró su
absolución.
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