Hércules, en la mitología griega,
héroe conocido por su fuerza y valor así como por sus muchas y legendarias
hazañas. Hércules es el nombre romano del héroe griego Heracles. Era hijo del
dios Zeus y de Alcmena, mujer del general tebano Anfitrión. Hera, la celosa
esposa de Zeus, decidida a matar al hijo de su infiel marido, poco después del
nacimiento de Hércules envió dos grandes serpientes para que acabaran con él.
El niño era aún muy pequeño pero estranguló a las serpientes. Ya de joven, mató
a un león con sus propias manos. Como trofeo de esta aventura, se puso la piel
de su víctima como una capa y su cabeza como un yelmo.
El héroe conquistó
posteriormente a una tribu que exigía a Tebas el pago de un tributo. Como
recompensa, se le concedió la mano de la princesa tebana Megara, con quien tuvo
tres hijos. Hera, aún implacable en su odio hacia Hércules, le hizo pasar un
acceso de locura durante el cual mató a su mujer y a sus hijos. Horrorizado y
con remordimientos por este acto, Hércules se habría suicidado, pero el oráculo
de Delfos le comunicó que podría purgar su delito convirtiéndose en sirviente
de su primo Euristeo, rey de Micenas. Euristeo, compelido por Hera, le impuso
el desafío de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Hércules.
La primera prueba fue
matar al león de Nemea, un animal al que no podía herirle arma alguna. Hércules
primero aturdió al león con su garrote y después lo estranguló. En su segunda
prueba mató a la Hidra, que vivía en un pantano en Lerna. Este monstruo tenía
nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las
otras, crecían dos en su lugar. Hércules quemó cada cuello mortal con una
antorcha para impedir que crecieran las dos cabezas y sepultó la cabeza
inmortal bajo una roca. Después mojó sus flechas en la sangre de la Hidra para
envenenarlas.
La siguiente prueba de Hércules fue capturar
viva a una cierva con cuernos de oro y pezuñas de bronce que estaba consagrada
a Ártemis, diosa de la caza, y la cuarta prueba consistió en cazar a un gran
jabalí cuya guarida estaba en el monte Erimanto. A continuación, Hércules tuvo
que limpiar en un día la suciedad acumulada durante treinta años por miles de
rebaños en los establos de Augias. Desvió el cauce de dos ríos, haciendo que
corrieran por los establos.
En su siguiente trabajo
apartó una enorme bandada de aves de picos, garras y alas de bronce que vivían
junto al lago Estínfalo y atacaban a las gentes del lugar, y devastaban sus
campos y cosechas. Para cumplir su séptimo trabajo, Hércules entregó a Euristeo
un toro furioso que Poseidón, dios del mar, había enviado para aterrorizar a
Creta. Para recuperar las yeguas de Diomedes, rey de Tracia, que se alimentaban
de carne humana, Hércules capturó al rey, se lo ofreció como alimento a las
yeguas y después las condujo hacia Micenas. Hipólita, reina de las amazonas,
deseaba ayudar a Hércules en su noveno trabajo.
Cuando Hipólita estaba a punto de dar a
Hércules su cinturón, que Euristeo quería para su hija, Hera dijo a las
amazonas que Hércules intentaba raptar a la reina y estas lo atacaron. Entonces
el héroe mató a Hipólita, creyendo que era responsable del consiguiente ataque,
y escapó llevándose el cinturón. En su camino a la isla de Eritia para capturar
los bueyes de Gerión, el monstruo de tres cabezas, Hércules erigió dos grandes
columnas (los peñones de Gibraltar y de Ceuta, que bordean ahora el estrecho de
Gibraltar, y que se representan en el escudo de la ciudad de Cádiz) como
monumentos conmemorativos de su hazaña.
Después de que Hércules se
llevara los bueyes, fue a buscar las manzanas de oro de las hespérides pero
como no sabía dónde estaban esas manzanas, pidió ayuda a Atlas, padre de las
hespérides. Atlas accedió a ayudarlo si Hércules, sostenía el mundo sobre sus
hombros, mientras él conseguía las manzanas. El último y más difícil trabajo de
Hércules fue capturar a Cerbero, el perro de los infiernos. Hades, dios de los
muertos, dio permiso a Hércules para llevarse al animal siempre que no usara
armas. Hércules capturó a Cerbero, lo llevó a Micenas y lo devolvió al Hades.
MUERTE DEL HÉROE
Después Hércules se casó
con Deyanira, a la que obtuvo de Anteo, hijo de Poseidón, dios del mar. Cuando
el centauro Neso atacó a Deyanira, Hércules lo hirió con una flecha de las que
había envenenado con la sangre de Hidra. El centauro moribundo dijo a Deyanira
que tomara un poco de su sangre que, según él, era un poderoso filtro de amor,
pero era un veneno.
Creyendo que Hércules se había enamorado de la
princesa Yole, Deyanira le envió una túnica mojada con la sangre. Cuando se la
puso, el dolor causado por el veneno fue tan grande que se mató arrojándose a
una pira funeraria. Después de su muerte, los dioses lo llevaron al Olimpo y lo
casaron con Hebe, diosa de la juventud.
Los griegos veneraron
a Hércules como un dios y como un héroe mortal. Se le solía representar como un
hombre fuerte y musculoso, vestido con una piel de león y armado de un garrote.
La estatua más famosa del mítico héroe está en el Museo Nacional de Nápoles.
ESCULTURAS DEL DIOS HÉRCULES ( HERACLES) :
No hay comentarios:
Publicar un comentario