jueves, 13 de agosto de 2015

EL EXCESO DE TRABAJO DEL DICTADOR CAYO JULIO CÉSAR



Me encantaría disponer de una hora libre, Lucio, pero es realmente. Hay ciento cincuenta y tres puntos en la ley agraria, debido a la falta de tierras públicas y a lo pendencieros que son los dueños de los latifundium cuyas propiedades mi comisión está comprando. Hay casi la misma cantidad de colonias en tierras extranjeras, todas las cuales han de ser legisladas individualmente. En mi capacidad de censor, tengo innumerables contratos de tierras por arrendar; cada día me llegan treinta o cuarenta peticiones de ciudadanos de una ciudad u otra, todos con agravios serios, y eso no es más que una pequeña parte de mi trabajo. Mis senadores y magistrados son demasiado perezosos, demasiado arrogantes, o demasiado despreocupados en cuanto al  funcionamiento del gobierno como para actuar como suplentes. Y yo todavía no he tenido tiempo para crear los departamentos burocráticos necesarios antes de que pueda retirarme de mi puesto de dictador.

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