domingo, 11 de octubre de 2020

BODAS A LA ROMANA

Dentro de los ritos romanos existían tres formas diferentes de enlace: la primera consistía en el ofrecimiento de una torta de espelta, así denominada una variedad de escanda, a Júpiter Capitolino ante el sumo pontífice, acto por el cual quedaba vinculada la pareja; la segunda consistía en la entrega de la novia por parte del padre como si se tratara de una venta, y la ultima se realizaba cuando la unión se producía entre personas de diferentes clases sociales, aunque esta forma se debía llevar a cabo tras la coexistencia continuada de la pareja durante todo un año. Sin embargo, los tres tipos de unión habían sido sustituidos en este momento por una modalidad muy cercana a la actual.


En ella, al igual que en el presente, se celebraba una ceremonia en la que los pretendientes, previo beneplácito de los padres, se juraban fidelidad ante una serie de testigos. El novio ofrecía a su mujer, cuyo atuendo consistía en un vestido largo y liso sujeto por un cinturón con un doble nudo y un manto del mismo color que las sandalias, y en la cabeza un adorno con trenzas, una serie de regalos y un anillo. Mas tarde se efectuaba un sacrificio a los dioses y un sacerdote leía las entrañas del animal y posteriormente se celebraba un banquete con todos los asistentes al acto, que podía llegar a durar hasta la noche, para después conducir a los recién casados a su casa.


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