Quinto
Cecilio Metelo poco ha hecho en Africa si no es mirar por sus propios
intereses. Mi modesta opinión es que trata de prolongar esta guerra para
incrementar su gloria personal y sus ansias de poder. El pasado otoño dio a
conocer su política para debilitar la posición del rey Yugurta mediante
la quema de las cosechas del pais y el saqueo de las ciudades, en particular
las que guardaban tesoros. Como consecuencia, mis tierras y las tierras de
muchos ciudadanos romanos de esta provincia corren peligro, pues ahora los
númidas efectúan correrías de represalia en la provincia romana. Todo el valle
del Bagradas, tan importante para el abastecimiento de grano a Roma, vive bajo
constante amenaza.
Además,
ha llegado a oídos míos y de otros muchos que Quinto Cecilio Metelo es un
inepto en el mando de sus legados, y no digamos del ejército. Ha desperdiciado
deliberadamente la capacidad de hombres veteranos de tanta valía como Cayo
Mario y Publio Rutilio Rufo, asignándoles, al uno, el mando de su
insignificante cuerpo de caballería, y al otro, tareas de praefectus fabrum. Su
comportamiento para con el príncipe Gauda, considerado por el Senado y
el pueblo de Roma legítimo rey de Numidia, ha sido insufriblemente arrogante,
desconsiderado y hasta cruel.
Para
concluir, debo indicar que los pocos éxitos obtenidos en la campaña de este año
se deben estrictamente a los esfuerzos de Cayo Mario y Publio Rutilio Rufo. Y
me consta que no han recibido las gracias ni se les ha atribuido el mérito
debido. Quiero particularmente mencionar el buen comportamiento de Cayo Mario y
de Rutilio Rufo y condenar con toda indignación la conducta de Quinto Cecilio
Metelo.
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