Ahora, la zona del altar está
abarrotada. Seguro que no querrás andar por ahí, entre todas esas putas que se
exhiben, juguetes de molineros, y el resto de rameras, miserables, mugrientas e
indecentes esclavas, que apestan a prostíbulo y a su oficio, sentadas en sillas
y bancos insinuándose, criaturas con las que ningún hombre libre pensó jamás
tener contacto, y no digamos casarse, fulanas baratas de la peor especie.
( Plauto en "El joven cartaginés
" )
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