Publio Cornelio Rufino (en latín, Publius Cornelius
Cn. f. P. n. Rufinus) fue un político y militar romano que fue dos veces cónsul
y una dictador.
Fue cónsul por primera vez en el año 290 a. C., con Manio
Curio Dentato. Junto con su colega, llevó la tercera guerra samnita a su
conclusión, obteniendo un triunfo en consecuencia.
Elegido cónsul por segunda vez en 277 a. C., esta vez
con Cayo Junio Bubulco, llevó la guerra contra los samnitas y los
griegos en el sur de Italia, que ahora estaban privados de la protección de Pirro
de Epiro.
El principal acontecimiento de su segundo consulado
fue la captura de la importante ciudad de Crotona. Rufino tenía una mala
reputación a causa de su avaricia y su deshonestidad, pero era al mismo tiempo
uno de los generales más distinguidos de su tiempo y en consecuencia Cayo
Fabricio Luscino, su enemigo personal, se dice que había apoyado su
candidatura para su segundo consulado en 277 a. C. porque los romanos estaban
en necesidad de un general de la experiencia y habilidad en razón de su guerra
con Pirro. Pero, como Pirro había dejado Italia, a mitad del año anterior,
Niebuhr comenta que el apoyo de Fabricio debe referirse a su primer consulado,
o tal vez aún más probable es que este apoyo fuera durante su dictadura, cuyo
año no se menciona, pero que Niebuhr se refiere a 280 a. C., después de la
derrota de los romanos en el Siris.
En 275 a. C., Rufino fue expulsado del Senado por los
censores C. Fabricio y Q. Emilio Papo, a causa de la posesión de diez libras de
plata. Se dice que Rufino perdió la vista en el sueño, mientras soñaba con esa
desgracia.3
Estaba emparentado con el dictador Publio Cornelio
Rufino, ya siendo su sobrino o nieto. Entre sus descendientes estuvo el
dictador Lucio Cornelio Sila.
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