Ofrecí
combates de gladiadores tres veces en mi propio nombre y cinco en el de mis
hijos o nietos. En estos combates lucharon unos diez mil hombres. Ofrecí al
pueblo un espectáculo de atletas, traídos de todas partes, dos veces en mi
nombre y una tercera en el de mi nieto. Celebré juegos, en mi nombre, por
cuatro veces y otras veintitrés en el de otros magistrados. Durante el
consulado de Cayo Furnio y Cayo Silano [17 a.C.] celebré los Juegos Seculares,
con Marco Agripa como colega, en mi condición de presidente del Colegio de los
Quince. En mi décimotercer consulado [2 a.C.] celebré, y fui el primero que tal
hizo, los juegos de Marte que, a partir de entonces, siguieron presidiendo
conmigo los Cónsules, en virtud de un senadoconsulto y de una ley. Bien en mi
nombre o en el de mis hijos o nietos, ofrecí, por veintiséis veces, en el
circo, en el Foro o en los anfiteatros, cacerías de animales de África, en las
que fueron muertas unas tres mil quinientas fieras.
(
Octavio Augusto )
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