jueves, 3 de octubre de 2019

SAFO LA PROSTITUTA DEL BURDEL DE MERCURIO ESTICO QUE ATENDÍA LOS DESEOS SEXUALES DEL TRIUNVIRO CÉSAR OCTAVIO



Dado que nunca lo había dominado un fuerte impulso sexual, el más joven de los triunviros se había contentado con la masturbación hasta después de su matrimonio, cuando el perspicaz y agudo Mecenas decidió tomar cartas en el asunto. Decidió que había llegado la hora de que Octaviano conociese lo que era estar con una mujer, de modo que inspeccionó el establecimiento de Mercurio Estico, famoso por sus esclavas sexuales, y encontró a la mujer ideal para Octaviano: una muchacha de veinte años con un hijo pequeño. Natural de Cilicia, la joven había sido el juguete del cabecilla de unos piratas en Panfilia, y se hacía llamar Safo, igual que la poetisa. De una belleza deslumbrante, morena de pelo y con ojos también oscuros, de formas redondas y adorables, tenía, según dijo Mercurio Estico, un carácter dulce. Mecenas se la llevó a casa y la metió en la cama de Octaviano la primera noche que éste dormía en la antigua mansión de Hortensio. El ardid funcionó: una esclava no era ninguna vergüenza, y era imposible que ejerciese alguna influencia sobre un amo como Octaviano. A él le gustaba su dócil sumisión, comprendía su situación y le dejaba pasar muchos ratos con su hijo; Octaviano valoraba la nueva madurez que le daba el hecho de tomarse libertades sexuales.










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