Dado que nunca lo había
dominado un fuerte impulso sexual, el más joven de los triunviros se había
contentado con la masturbación hasta después de su matrimonio, cuando el
perspicaz y agudo Mecenas decidió tomar cartas en el asunto. Decidió que había
llegado la hora de que Octaviano conociese lo que era estar con una mujer, de
modo que inspeccionó el establecimiento de Mercurio Estico, famoso por sus
esclavas sexuales, y encontró a la mujer ideal para Octaviano: una muchacha de
veinte años con un hijo pequeño. Natural de Cilicia, la joven había sido el
juguete del cabecilla de unos piratas en Panfilia, y se hacía llamar Safo,
igual que la poetisa. De una belleza deslumbrante, morena de pelo y con ojos
también oscuros, de formas redondas y adorables, tenía, según dijo Mercurio
Estico, un carácter dulce. Mecenas se la llevó a casa y la metió en la cama de
Octaviano la primera noche que éste dormía en la antigua mansión de Hortensio.
El ardid funcionó: una esclava no era ninguna vergüenza, y era imposible que
ejerciese alguna influencia sobre un amo como Octaviano. A él le gustaba su
dócil sumisión, comprendía su situación y le dejaba pasar muchos ratos con su
hijo; Octaviano valoraba la nueva madurez que le daba el hecho de tomarse
libertades sexuales.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
jueves, 3 de octubre de 2019
SAFO LA PROSTITUTA DEL BURDEL DE MERCURIO ESTICO QUE ATENDÍA LOS DESEOS SEXUALES DEL TRIUNVIRO CÉSAR OCTAVIO
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