Paulo Orosio (en latín, Paulus
Orosius) (¿Braga, provincia de Gallaecia?, c. 383-¿?, c. 420) fue un sacerdote,
historiador y teólogo hispano, posiblemente natural de Bracara Augusta (lo que
hoy se conoce como Braga, Portugal) Aunque hay algunos interrogantes sobre su
biografía, como la fecha exacta de nacimiento, se sabe que fue una figura de
gran prestigio desde el punto de vista cultural, dado que tuvo contacto con las
grandes personalidades de su época, como Agustín de Hipona o Jerónimo de
Estridón. Para relacionarse con ellos viajó por ciudades de la costa meridional
del mar Mediterráneo, como Hipona o Alejandría.
Dichos viajes determinaron su vida
y su producción intelectual. Con san Agustín no solo conversó sobre temas
teológicos, sino que pudo colaborar con él en la elaboración de la obra La
ciudad de Dios. Además, este lo eligió en 415 para viajar a Palestina e
intercambiar información con otros autores, lo que también le permitió
participar en un concilio en Jerusalén y, de vuelta, portar las reliquias de
san Esteban. Finalmente, su fecha de fallecimiento tampoco se sabe con
exactitud, aunque, en cualquier caso, no parece posterior a 423.
A lo largo de su vida escribió tres
obras, de entre las cuales sobresalen las Historiæ adversus paganos. Se trata
de uno de los libros con más repercusión de la historiografía en el paso de la
Edad Antigua a la Edad Media, así como de la hispana de todos los tiempos.
Además, es el escrito en el que el autor pone de manifiesto su metodología
histórica. Es básicamente una narración histórica desde los primeros tiempos
hasta el momento en el que vive, aunque dando un papel preeminente a los
pueblos paganos.
Paulo Orosio fue una figura
altamente influyente tanto desde el punto de vista divulgativo (Historiæ
adversus paganos fue una de las principales obras utilizadas hasta el
Renacimiento para estudiar la Antigüedad) como historiográfico (su metodología
histórica tuvo gran repercusión en historiadores posteriores).
A pesar de que su obra ha tenido
una gran repercusión, su biografía está cargada de interrogantes que impiden
reconstruirla con precisión y seguridad. Dichos interrogantes, por la escasez
de fuentes, son especialmente pronunciados en su nacimiento y su fallecimiento.
No obstante, se trata de un autor ampliamente estudiado y por tanto existen
diversos estudios que proponen fechas para ambos sucesos.
Las principales referencias para la
biografía de Orosio provienen de los escritos de Genadio de Marsella y Braulio
de Zaragoza, aunque no hay que olvidarse de sus propias obras. Además, Orosio
es mencionado en algunas cartas de san Agustín.
Respecto al apelativo de Paulo
Orosio, la duda no está en «Orosio» sino en el nombre antepuesto de «Paulus».
Básicamente, el problema está en que no se sabe completamente si se llamó así o
si simplemente era Orosio y con el paso del tiempo se le incorporó el otro
nombre. Esto pudo ocurrir debido a que la sigla «P» de presbítero siempre
acompañaba a su nombre, y con el paso del tiempo posiblemente se generó la
confusión.
Sin embargo, esta idea tiene
lagunas de base, pues ya en autores inmediatamente posteriores a Orosio aparece
el nombre Paulo. De hecho, incluso el propio Casimiro Torres Rodríguez, uno de
los principales estudiosos sobre la figura de Orosio, señala que Paulo pudo ser
la acepción cristiana y Orosio la indígena, una teoría que tampoco habría que
descartar.
Sea como fuere, es un tema que ha
sido ampliamente estudiado, para el cual la teoría más actualizada quizá sea la
de Pedro Martínez Cavero, otro gran estudioso de la figura orosiana.
En cuanto a su origen, se trata de
un tema polémico aunque prácticamente resuelto. Fundamentalmente hay cuatro
teorías en torno a este tema, que escuetamente resumidas son:
Nacimiento en Braga: es la idea más
aceptada por ser la que más puntos de apoyo tiene. Si no fuese Braga, al menos
habrá que pensar en una zona del entorno de Galicia. Para esta afirmación se
puede recurrir a la propia obra de Orosio, o a dos epístolas de san Agustín, la
166 y la 169.
Nacimiento en Tarragona: esto se ha
mantenido porque en las Historias Orosio habla de Tarraconem nostra. El autor
decimonónico Theodor von Mörner sostuvo esta idea, pero hoy en día no parece
factible sostenerla por un único indicio.
Origen en La Coruña (Brigantia):
esta teoría es relativamente novedosa, y parte únicamente de que Orosio la cita
dos veces en el apartado geográfico de las Historias.
Origen en Bretaña: es una teoría
similar a la anterior, el dato aportado por los que la sostienen es el
conocimiento más o menos profundo de esta zona por Orosio.
Por último, la fecha de nacimiento
no consta en ningún lugar, pero se han hecho cálculos que aportan una más que
posible. Si en 415 hay constancia de que san Agustín habló de Paulo Orosio como
«un joven presbítero», eso significa que en ese momento no podía tener más de
40 años —por ser joven— ni menos de 30 —por ser presbítero—.
De ese modo, habría una horquilla
de diez años que permitiría fijar la fecha entre 375 y 385, aunque la fecha más
aceptada se fija en 383, debido a que eso supondría que cuando Orosio llegó
junto a san Agustín tendría 32 años, es decir, pasaron dos desde que fuera
ordenado presbítero.
A pesar de la escasez de fuentes al
respecto, si se da por buena la fecha de nacimiento del apartado anterior —o,
al menos, la horquilla de diez años entre 375 y 385— habría que enmarcar a
Paulo Orosio en un momento de auge cultural junto a Hidacio, los Avitos o el
propio Orosio. También hay que tener presente que el priscilianismo estaba en
pleno desarrollo.
Las teorías clásicas plantean que
Paulo Orosio podría pertenecer a una familia de buena posición social, lo cual
le permitió acceder a una buena formación. Esta se desarrolló en términos
cristianos, aunque Orosio, aceptando que nació en Braga, tuvo siempre un fuerte
conocimiento de la cultura rural del momento.
La historiografía contemporánea
señala que desde la juventud de Orosio se tenía la imagen de que era locuaz y
erudito, aludiendo a afirmaciones tanto de san Agustín como del papa Gelasio I.
En cualquier caso, todo lo referente a la juventud del autor no son más que
hipótesis y conjeturas, pues, como ya se ha dicho, junto a su desaparición, es
la época peor conocida de su biografía.
En principio, es seguro que Paulo
Orosio vivió en Gallaecia (Hispania noroccidental) hasta 409, pero a partir de
ahí, y hasta 415, no hay ninguna fecha segura. La cronología tradicional, o al
menos la más extendida, plantea la sucesión de hechos que se desgranará en los
siguientes párrafos.
Al parecer, Orosio tuvo que salir
de Braga a raíz de las invasiones germanas. La fecha en que esto se produjo no
está clara, pero lo que no se pone en duda es que salió de allí abruptamente.
Incluso, el propio Orosio afirma que fue perseguido hasta la misma playa en la
que embarcó.
De entre todas las fechas
planteadas para la salida de Braga, que van desde 409 hasta 414, lo más
operativo es quedarse con las dos más aceptadas:
410: sostenida por G. Fainck. Así,
Orosio tendría un margen de cinco años para colaborar con san Agustín antes de
su viaje a Palestina.
414: la más aceptada. La propia
obra de Orosio, Commonitorium, que data de 414, habla de su llegada, su
encuentro con san Agustín, etcétera.
Lo cierto es que una vez Orosio
salió de la península ibérica tenía claro que su destino era Hipona, para
encontrarse con el mayor intelectual de la época: san Agustín. Desde su
llegada, Orosio pasaría a formar parte del equipo que trabajaba junto a Agustín
de Hipona, por lo que es posible que el autor colaborase en la elaboración de
La ciudad de Dios o que al menos conociese la obra.
En 415, san Agustín encargó a
Orosio una tarea que solo podía realizar alguien de su más profunda confianza:
viajar a Palestina para encontrarse con Jerónimo de Estridón, otro escritor con
el que las relaciones no eran precisamente buenas.
El viaje a Palestina respondía a un
doble motivo: el interés de Orosio, que quería tratar con Jerónimo de Estridón
diferentes temas teológicos —en especial el relacionado con el origen del alma—
y el interés de san Agustín, que le mandaba para estrechar lazos con dicho
intelectual y para recabar información sobre la herejía pelagianista.
De hecho, en 415, una vez instalado
en Belén junto a Jerónimo, Paulo Orosio se entrevistó con el propio Pelagio por
mandato de san Agustín. Además de recabar información sobre el pelagianismo,
Orosio participó en 415 en un concilio en Jerusalén, en el cual Orosio mantuvo
un enfrentamiento con Juan II —obispo de Jerusalén—, que le acusó de hereje
ante todo el cónclave. Para defenderse, Orosio escribió su segunda obra, Liber
apologeticus, en la cual rechazaba dicha afirmación de manera tajante.
Lo primero que hizo Orosio al
encontrarse con Jerónimo fue entregarle la correspondencia que traía para él de
parte de san Agustín, lo que implicaba que el viaje estaba concebido desde el
primer momento como de ida y vuelta, pues también debía entregar la
correspondencia de Jerónimo a san Agustín a su vuelta. En paralelo a esto, a
fines de 415 aparecieron las reliquias de san Esteban, y parte de estas fueron
encomendadas a Orosio para que las trasladase hasta Braga. Eso marcaría tanto
el inicio de su viaje de regreso como, desde el punto de vista actual, de una
nueva época de su vida carente de fuentes para su estudio.
Dado que las reliquias de san
Esteban aparecieron el 26 de diciembre de 415, Orosio no pudo partir con
anterioridad a esta fecha. Aunque su idea era ir a Braga, tenía que pasar a la
fuerza por Hipona —de hecho llevaba escritos de Jerónimo para san Agustín—, y
también hay constancia de que pasó por Jerusalén y por Alejandría, aunque esto
último no se sabe si lo hizo a la ida, a la vuelta o en ambas ocasiones.
Durante su segunda estancia en
Hipona, mantuvo una larga entrevista con san Agustín, en la que le entregó la
correspondencia que portaba de parte de Jerónimo y le informó del encuentro que
tuvo con Pelagio. Durante este reencuentro con san Agustín se gestó la gran
obra de Paulo Orosio, las Historiæ adversus paganos. Sin embargo, surgen
problemas a la hora de datar tanto la elaboración como la finalización del
libro, para lo cual hay opiniones de diversos tipos:
La hipótesis tradicional dice que
el libro se llevó a cabo entre 416 y 417. La fecha se apoya en que en el Liber
apologeticus aún no dice nada de su labor como historiador, y que en el prólogo
habla del libro XI de la Ciudad de Dios de san Agustín, el cual no se publica
hasta 416. Para justificar que Orosio escribiese siete libros en tan poco
tiempo, se dice que pudo usar resúmenes.
Una hipótesis más moderna,
sostenida por Torres Rodríguez, dice que Orosio paró por segunda vez en Hipona
un tiempo muy breve, para intentar volver a Hispania, cosa que no consiguió, y
escribir el libro en una tercera estancia en Hipona, lo cual explicaría que en
sus Historias se hable de sucesos ocurridos en Hispania en 417.
Una tercera teoría ya clásica,
sostenida por T. von Mörner y G. Fainck, habla de que se realizó un trabajo
previo por parte de Orosio antes de viajar a Palestina. De hecho, esta idea ha
sido reactivada por M. P. Annaud-Lindet en fechas más recientes, aunque con la
variante de que Orosio habría escrito durante su regreso desde Palestina.
Tras la publicación de las
Historias, no hay apenas información sobre Paulo Orosio. Se sabe que estuvo en
Menorca, pero se desconoce la fecha en que falleció. Esta ausencia de
referencias a Orosio pudo deberse a un distanciamiento con san Agustín, el cual
no hace ninguna referencia clara a las Historias de Orosio una vez publicadas.
Genadio de Marsella indica que el autor vivió, al menos, hasta el fin del mandato
del emperador Flavio Honorio, que se prolongó hasta 423, pero no hay ninguna
noticia de Orosio desde 417, y parece poco probable que un autor tan activo
estuviese seis años sin dar noticias.
Existen más posibilidades, desde
una posible muerte repentina hasta una suerte de leyenda que habla de que
Orosio finalmente llegó a Hispania, fundó un monasterio cerca del Cabo de Palos
y terminó allí sus ideas, algo que hoy por hoy parece poco probable.
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