sábado, 24 de agosto de 2019

MADRES DE PATRICIOS ROMANOS



En los buenos y viejos días, el hijo de cada hombre, nacido del matrimonio, era criado no en la cámara de alguna nodriza mercenaria, sino en el regazo de su madre, y en sus rodillas. Y la madre no podía recibir mayor elogio que decir que se ocupaba de la casa y que estaba dedicada a sus hijos […]. En presencia de una de ellas ninguna baja palabra podía pronunciarse sin grave ofensa, y ninguna mala acción ser cometida. Religiosamente y con la mayor de las diligencias regulaba no solo las tareas serias de los jóvenes a su cargo, sino sus divertimientos y sus juegos. Era con este espíritu, se nos dice, que Cornelia, la madre de los Gracos, dirigió su crianza, Aurelia la de César, Atia la de Augusto: así es como estas mujeres entrenaron a sus principescos hijos.


(Suetonio)









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