Aunque
se habían quedado varios centenares de galeras para vigilar Modona, Corcira y
otras islas estratégicas, la flota principal sumaba cuatrocientos ochenta
quinquerremes de los más enormes jamás construidos. Estas embarcaciones tenían
ocho hombres por remo en tres bancadas, estaban completamente cubiertas y
tenían espolones de bronce rodeados con vigas de roble; sus cascos estaban
reforzados con cinchas de trozos de madera cuadradas reforzadas con hierro para
que sirviesen como parachoques en el caso de que recibiesen un golpe de
espolón. Medían sesenta y un metros de eslora y quince metros de manga,
sobresalían diez metros por encima del agua en el centro y siete metros y medio
en la proa y en la popa. Cada una tenía cuatrocientos ochenta remeros y ciento
cincuenta marineros, y estaban pertrechadas con altas torres que llevaban
piezas de artillería. Todo esto las hacía inexpugnables; sin embargo, se movían
a la velocidad de un caracol, por lo que eran poco recomendables en ataque. La
nave insignia de Antonio, la Antonia, era todavía más grande. Sesenta de las
naves de Cleopatra eran de este tamaño y diseño, pero las restantes eran
amplias trirremes con cuatro hombres por remo en tres bancadas, y podían
moverse a gran velocidad, sobre todo cuando navegaban a vela, ayudadas por los
remos. Su nave insignia, Cesarión, aunque muy bien pintada y adornada, era
rápida y estaba diseñada más para la huida que para la lucha.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
lunes, 12 de agosto de 2019
LA FLOTA DE MARCO ANTONIO CONTRA OCTAVIO PREVIA A LA BATALLA DE ACCIO
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