Epiménides
de Cnosos (Creta) (Επιμενίδης) fue un filósofo y poeta griego que vivió en el siglo VI a.
C. Se dice de él que durmió durante cincuenta y siete años en una cueva
cretense.
Según
Plutarco en sus escritos, Epiménides purificó Atenas después de la
contaminación traída por los Alcmeónidas, y su maestría en sacrificios, así
como sus cambios en las prácticas fúnebres, fueron de gran ayuda a Solón
en su reforma del estado ateniense
Diógenes
Laercio presenta un
gran número de cartas entre Epiménides y Solón en su libro Vidas, opiniones y
sentencias de los filósofos más ilustres que apoyan la veracidad de la presunta
relación entre estos dos personajes.
Se
cree que Epiménides también fue profeta en Esparta, donde hizo gran énfasis en
sus predicciones en materia militar.
Según
la Descripción de Grecia, de Pausanias, cuando murió Epiménides, su piel
quedó al descubierto, y se dieron cuenta de que estaba tatuada con unas figuras
extrañas parecidas a escrituras. Esto creó discordia sobre su estatus de
profeta, porque los griegos reservaban los tatuajes únicamente para los
esclavos. Hoy en día, algunos eruditos modernos han visto esto como evidencia
de que Epiménides era heredero de las religiones chamánicas de Asia central,
debido a que el ritual del tatuaje se asocia a menudo a la iniciación del
chamán de estas religiones.
La
piel de Epiménides fue preservada en la corte de Esparta, la cual la
consideraban como portadora de suerte y buen augurio en la ciudad. Muchas prosas
y muchos poemas, ahora perdidos, fueron atribuidos a Epiménides por la Suda,
incluidas ciertas leyes de Creta y diversas obras teatrales de Cnossos.
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