NERÓN AGRADECE A SÉNECA

Tú me has enseñado, Lucio, a responder sin haberlo preparado una abundante arenga poco reflexionada y elaborada. Así, pues, te voy a decir algo. Los bienes con los que me has enriquecido con tus enseñanzas, con tus consejos y con tus preceptos, me seguirán mientras viva, mientras que lo que tú tienes gracias a mí son objetos y cosas variables según los caprichos de la suerte, y tan grandes como parecen, ¡cuántos hombres por debajo de tu mérito los han poseído antes!. Tu edad está todavía plena de vigor, prosiguió Nerón, pero si renuncias a lo que la Fortuna te ha dado y si dejas a tu príncipe, nadie celebrará nunca más tu aspiración al descanso, ya que toda la culpa de tu retiro recaerá sobre m í... Cuando incluso los más grandes elogios te serán dirigidos por tu conducta, ¿piensas que sería digno de un filósofo como tú el sacrificar a su gloria la reputación de un amigo?»

 ( Tácito )