Desaparece
tú junto con tu dinero, pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero.
Este poder no es para ti ni te corresponde, ya que no entiendes las cosas de
Dios. Arrepiéntete de tu maldad, y ruega al Señor para que perdone tus errores,
ya que te veo lleno de hiel amarga y que te atan lazos de maldad.
(
Párrafo de "Hechos de los Apóstoles")
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