miércoles, 21 de febrero de 2018

CLEOFRADES


 
Kleofrades (o Cleofrades). Fue un pintor griego de vasijas cuyo nombre convencional es una forma abreviada de ´´el pintor del cuenco que se halla en París moldeado por Kleofrades´´. Nació en el año 500 A.C, fue el más destacado pintor ateniense de grande vasos de su generación. Discípulo de Eutímides y el último pintor de figuras rojas que usó con ciertas eficacias la técnica de la figura negra.
 
Algunas de sus obras iniciales tienen zonas secundarias con figuras negras. Al igual que el Pintor de Berlín, pintó una serie de ánforas panatenaicas destinada a servir como trofeos. Al principio de su etapa madura, pintó la maravillosa ánfora ahusada de Munich (Staatliche Antikensammlugen; Inv. 2344).
 En ella aparece Dioniso rodeado de sátiros y de ménades, enormes figuras llenas de vida y de vigor. Dos ménades del reverso demuestran el gran talento del pintor para las figuras temperamentales.
 
Una de ellas Danzas como en éxtasis, con la cabeza echada hacia atrás, y agita febrilmente la varilla de su thyrsos, con un estridente grito de los labios. En cambio, la otra ménade se balancea suavemente, con expresión ausente y serena, entreabierto los labios por un goce trascendental. Una pieza tardía de su época madura es la hidria donde aparece representado el sitio de Troya por los griegos (Museo Archeologico Nazionale, Nápoles; Inv. 2422).
 En este caso, la desesperación y la resistencia, la huida y la violencia despiadada se presenta a la mirada del espectador. La simplicidad de la mujer sentada bajo la palmera encorvada y su compañero desesperado a los pies de la estatua de Atena rivalizan con las figuras encapuchadas que velan a Cristo en la obra de Giotto (El velatorio de Cristo, c. 1306; Capella dell Arena, Padua).
 
La característica de tranquila grandeza y altiva seriedad de las figuras no parece muy diferente de la atribuida al famoso pintor mural clásico Polignoto. Sin embargo, sus últimas piezas muestran signos de fatiga. Su estilo se había consumido y su único seguidor, el Pintor de la Bota, continuó la débil obra de su última época en una serie de vasos de calidad bastante deficiente.


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