Tiberio
Coruncanio (en latín, Tiberius Coruncanius; m. 241 a. C.) fue un político y
militar de la República romana que ocupó el consulado en el año 280 a. C. Es
conocido por su participación en la guerra contra el rey Pirro de Epiro y por
haber sido el primer pontifex maximus de origen plebeyo de la República. Es
posible que también fuese el primer profesor de Derecho romano.
Se
cree que Tiberio Coruncanio procedía de una familiar plebeya que podría
proceder de Tusculum.
Fue
elegido cónsul en 280 a. C. junto con Publio Valerio Levino; dirigió una expedición militar en Etruria contra las
ciudades etruscas de los vulsinienses y vulcientes. Por estas victorias fue
honrado con un triunfo a principios del año siguiente.
Cuando
Pirro de Epiro invadió la península itálica y derrotó a las legiones romanas de
Levino en la batalla de Heraclea, las legiones de Tiberio fueron llamadas de
vuelta a Roma para preparar la defensa del territorio romano.
En el
año 270 a. C. parece haber sido censor con Cayo Claudio Canina.
Entre
los años 254 y 253 a. C. fue elegido pontifex maximus, principal sacerdocio de
la República romana. Fue la primera ocasión en que un plebeyo ocupaba dicho
cargo. En 246 a. C. fue nombrado dictador para celebrar los comicios para
evitar la necesidad de llamar a los cónsules, que estaban destinados en
Sicilia.
Murió
en 241 a. C., siendo sustituido como pontifex maximus, según Liv. Epit. XIX.,
por Lucio Cecilio Metelo.
Tiberio
Coruncanio fue el primer personaje que ejerció públicamente el derecho (publice
professus est); se dice de él que era elocuente y de grandes conocimientos.
Su
instrucción pública en Derecho tuvo el efecto de crear una nueva clase de
personas sin cargo sacerdotal pero instruidas en el Derecho romano
(jurisprudentes). Tras su muerte, la instrucción de estos estudiantes de
Derecho se fue volviendo gradualmente más formal con la introducción de libros
de Derecho.
Es
posible que, como primer pontifex maximus plebeyo, Coruncanio permitiese a
miembros del público y a estudiantes de Derecho que estuviesen presentes
durante las sesiones y que les encargase atender a las labores consultivas
solicitadas por los ciudadanos.
Estas consultas probablemente tenían lugar en
la parte exterior del Colegio de pontífices, de forma que estuviesen accesibles
a cualquier interesado. Por ello, se convirtió en el primer profesor conocido
de Derecho romano (se desconoce cómo aprendían los estudiantes hasta entonces).
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