El
paterfamilias, era responsable de su correspondiente hogar romano. Su palabra
era ley; no se le podía reprochar nada de lo que hacía; podía hacer y decir lo
que quisiera dentro de su casa. No había ley del Senado y del pueblo de Roma
que mermara la absoluta autoridad sobre su hogar y su familia, pues Roma había
estructurado sus leyes para garantizar que la familia romana esté por encima de
cualquier ley salvo la del paterfamilias. Si su esposa cometía adulterio, podía
matarla o hacer que la maten. Si su hijo era convicto de torpeza moral o de
cobardía, o de alguna clase de indecencia social, podía matarlo o hacer que lo
maten. Si alguien de su hogar, esposa, hijos e hijas, madre o criados,
transgredía los límites de lo que el paterfamilias consideraba conducta
decente, podía matarlos o hacer que lo maten. Tal era el inmenso poder del
paterfamilias romano.
Pasión por los romanos. Un blog de divulgación creado por Xavier Valderas que es un largo paseo por el vasto Imperio Romano y la Antigüedad, en especial el mundo greco-romano.
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