Cayo Sulpicio Galo (en latín Caius Sulpicius C. F. C.
N. Gallus) (muerto circa 149 a. C.), general romano, hombre de Estado, político
y astrónomo.
Cicerón lo elogia mucho en sus escritos; como
estudioso, orador, como una persona elegante y de una mente refinada. Quinto
Sulpicio Galo (Quintus Sulpicius Gallus), su hijo, murió muy joven y Sulpicio
padre llevó esta muerte con una gran dignidad.
Cayo era un hombre estudioso, un excelente erudito
griego, y en sus años posteriores se dedicó al estudio de la astronomía, en la
cual es citado como una autoridad por Plinio el Viejo. El cráter Sulpicius
Gallus fue nombrado por él.
Cicerón en su obra "Sobre la República", le
cita como hombre doctísimo (había escrito un libro sobre los eclipses solares),
y que casualmente al visitar la casa de Marco Marcelo (nieto del general romano
Marco Marcelo)pudo ver un planetario que su abuelo se había traído cuando
estuvo sitiando la ciudad de Siracusa, realizado por Arquímedes, Cicerón sigue
explicando "ese tipo de planetario, en el que se movían el Sol y la Luna,
y también aquellos 5 estrellas que se llaman errantes y en cierto modo
vagabundas, pues se las ingenió para reducir en una sola rotación varios cursos
que eran desiguales por sus propias trayectorias, por eso es admirable el
invento de Arquímedes". Estas palabras hacen suponer que se trataba del
mecanismo de Anticitera.
Cuando los embajadores de algunos pueblos o ciudades
de Hispania, en el año 170 a. C. fueron a Roma a quejarse de las extorsiones de
los gobernadores, el Senado los permitió designar cuatro patrones entre romanos
de alto rango. Galo fue uno de estos patrones.
Fue también elegido pretor, cargo que ejerció en 169
a. C. y se le dio la ciudad de Roma como territorio jurisdiccional equivalente
a una provincia. Durante el gran reclutamiento que se hizo por la guerra contra
Perseo de Macedonia, protegió a los más desfavorecidos contra la severidad de
los cónsules.
Tras su vuelta de Macedonia fue elegido cónsul (166
a. C.), obligando en el mismo año a los ligures a la sumisión. En el 164 a. C.
fue enviado como embajador a Grecia y Asia, donde mantuvo una reunión en Sardis
investigando los cargos traídos contra Eumenes II de Pérgamo por los
representantes de varias ciudades de Asia Menor.
El 168 a. C. sirvió como tribuno militar en el
ejército de su amigo Lucio Emilio Paulo. Un día reunió a la tropa y les anunció
que cierta noche a cierta hora se produciría un eclipse de luna y que no tenían
que alarmarse y mirarlo como un prodigio, sino como una cosa natural.
Efectivamente el eclipse ocurrió, y los soldados le dedicaron honores divinos.
En otoño del año siguiente (167 a. C.) cuando Emilio Paulo·salió de inspección
por Grecia, dejó el mando del campamento romano en manos de su amigo.
Galo volvió a Roma poco después a tiempo para los
comicios de finales de año, donde fue elegido cónsul por el año 166 a. C. En su
consulado hizo la guerra con éxito a los ligures que fueron sometidos y al
volver a Roma recibió los honores del triunfo.
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