Claudia Livia, más conocida por su apodo Livila (la "pequeña
Livia") (c. 13 a. C.-31) fue la única hija de Nerón Claudio Druso y
Antonia la Menor. Su relevancia en la historia de la dinastía Julio-Claudia se
limita a haber sido la esposa y presunta asesina de Druso, heredero aparente
del Principado durante el reinado de Augusto y su tío Tiberio. Ella era sobrina
nieta del emperador Augusto, sobrina del emperador Tiberio, tía paterna del
emperador Calígula, hermana del emperador Claudio y tia abuela del emperador Nerón.
Se sabe poco sobre sus
relaciones con su familia, aunque Suetonio cuenta que despreciaba a su hermano
menor, Claudio, ya que al oír el augurio de que un día llegaría a ser
emperador, se lamentó públicamente de tan aciago destino para los romanos.
Aparentemente sintió resentimiento y envidia de su cuñada Agripina la Mayor, la
arrogante esposa de su hermano Germánico, con quien era desfavorablemente
comparada, pues Agripina cumplió mejor su deber de producir herederos
imperiales a su casa y fue mucho más popular; sin embargo, Tácito informa que
Livila era mucho más hermosa, aunque fue bastante desgarbada cuando niña. Al
igual que la mayoría de las mujeres del clan Julio-Claudio, fue muy ambiciosa,
especialmente respecto de sus hijos varones.
Sus maquinaciones con Sejano
lograron condenar a su rival y cuñada Agripina la Mayor, así como a los hijos
de ésta que fueron excluidos de la sucesión de Tiberio. Descubiertos los
complots de Sejano, Tiberio recibió una denuncia sobre la participación de Livila
en estos crímenes, pero no se probó que hubiera envenenado a su marido Druso.
Fue condenada a morir de
hambre, recluida en sus habitaciones por su propia madre, Antonia la Menor, en
31. Su memoria fue maldita por el Senado y sus estatuas fueron quebradas.
Persisten muy pocas representaciones de Livila y las que quedan están
parcialmente dañadas.
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