domingo, 9 de noviembre de 2014

EL PRIMER HOMBRE DE ROMA




El primer hombre de Roma no era el mejor hombre, sino el primero entre otros iguales a él en grado y oportunidades. Y el primer hombre de Roma era algo muchísimo mejor que la realeza, la autocracia, el despotismo o lo que fuera. El primer hombre de Roma se aferra a ese título por simple preeminencia, siempre consciente de que el mundo está lleno de otros que pueden suplantarle, legal y pacíficamente, al presentar una mejor clase de preeminencia. Ser el primer hombre de Roma era más que ser cónsul. Los cónsules llegan y van al ritmo de dos por año, mientras que en el transcurso de los siglos de existencia de la república romana, sólo un puñado de hombres han recibido el saludo de primer hombre de Roma. Escipión el Africano, Emilio Paulo, Escipión Emiliano, Cayo Mario, Lucio Cornelio Sila, Cayo Julio César, y tal vez una docena más, que de ese modo los habían llamado a lo largo de los siglos de existencia de la república.






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