¡Tú
no eres dictador!. ¡Tú no gobiernas Roma! ¡No tienes ninguna autoridad para
entrar en tratos con un traidor como César a nuestras espaldas! Iliria y una
legión, ¿eh? ¿Y a ti te parece que ésa es una concesión insignificante? ¡Pues
no lo es! ¡No lo es! ¡Es una concesión de gran importancia! ¡Una concesión muy
importante! ¡Y yo te digo, Cneo Pompeyo, que a César no se le puede hacer
absolutamente ninguna concesión! ¡No se le puede conceder ni la punta del dedo
de un romano muerto! ¡A César hay que enseñarle que el Senado es su amo, que él
no es el amo del Senado! ¡Y si a ti hay que enseñarte la misma lección,
Pompeyo, yo soy justamente el hombre que te la meterá en la cabeza! Quieres
aliarte con César, ¿eh? ¡Pues alíate con César! ¡César el traidor! ¡Y sufre el
mismo destino que César el traidor!
¡Porque te juro por todos nuestros dioses que
te haré caer más bajo de lo que haré caer a César! ¡Haré que se te despoje de
tu imperium, de tus provincias y de tu ejército en el mismo segundo en
que César sea despojado de los suyos! ¡Lo único que tengo que hacer es pedirlo
en la Cámara! ¡Y la Cámara votará que se haga, y no habrá ningún veto
tribunicio porque tú no mandas en la lealtad de Curión o de Antonio! ¡Las únicas
legiones que tienes a tu disposición son dos legiones que le deben lealtad a
César! ¡Tus legiones están a mil quinientos kilómetros, en Hispania! Así que,
¿cómo vas a poder impedírmelo, Pompeyo? ¡Yo lo haré, traidor! ¡Y me alegraré de
hacerlo! ¡Éste no es ningún club social para hombres al que tú desees
pertenecer! Los boni están completamente dedicados a hacer caer a César.
Y con mucho gusto haremos caer a cualquier otro que se ponga de su parte...
¡incluido tú! ¡Así que quizá seas tú quien sea proscrito, a quien se arroje
desde la roca Tarpeya! ¿Creías que nosotros los boni íbamos a dar el
visto bueno a esas amenazas? ¡Pues no! ¡Y tampoco apoyaremos a ningún hombre
que se atreva a mofarse de la autoridad del Senado de Roma!
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