Nació probablemente alrededor del año 129 o 128 a. C.
En 95 a. C., como tribuno de la plebe, acusó a Quinto Servilio Cepión de
traición cuando este perdió todo su ejército frente a los cimbrios (105 a. C.)
y también del robo del oro de Tolosa (106 a. C.). Cepión fue condenado y partió
hacia el exilio a la ciudad de Esmirna.
Al año siguiente (94 a. C.), el propio Norbano fue
acusado de traición por Publio Sulpicio Rufo bajo la lex Appuleia, debido a los
disturbios que se provocaron a raíz del juicio de Cepión, pero la elocuencia
con la que parlamentó en su defensa Marco Antonio el Orador, abuelo del
triunviro Marco Antonio, con quien Norbano había servido como cuestor, le
procuró la absolución.
En 90 a. C. fue pretor y en 89 a. C. como propretor
en la provincia de Sicilia, Norbano tuvo éxito en la defensa de la isla frente
a los aliados italianos en la guerra social. En 88 a. C., durante su
propretura, fue en ayuda de la ciudad de Rhegium que estaba a punto de caer en
manos de los samnitas e italianos que planeaban invadir Sicilia aprovechando la
conmoción civil en Roma.
Las tropas recientemente reclutadas
de Norbano nada pudieron hacer contra los veteranos de Sila; unos seis mil
soldados de Norbano murieron mientras Sila sólo perdió setenta hombres. La batalla
la sitúa Apiano en Canusium de Apulia, pero probablemente se trate de un error
por Casilinum, una ciudad a orillas del Volturno.
Al año siguiente, 82 a. C., Norbano se reunió con el
cónsul Carbón en la Galia Cisalpina, pero los dos ejércitos unidos fueron
derrotados completamente por Quinto Cecilio Metelo Pío en la batalla de
Favencia.
Esta batalla fue el golpe mortal al partido mariano en Italia.
Rápidamente comenzó la deserción entre las filas de los populares. Albinovano,
comandando Ariminum, invitó a Norbano y a los principales oficiales a un
banquete; el primero sospechó una traición y declinó la invitación, pero los
demás aceptaron y fueron asesinados.
Norbano huyó a Rodas, donde se suicidó en medio de la
plaza del mercado, mientras los rodenses debatían si entregarle o no a Sila.
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