Marco
Vipsanio Agripa Póstumo (en latín, Marcus Vipsanius Agrippa Postumus; 12 a.
C.-14 d. C.) fue el hijo menor de Marco Vipsanio Agripa y de Julia la Mayor.
Sus abuelos maternos eran el emperador romano César Augusto y su segunda esposa
Escribonia. Nació a los pocos meses de morir su padre, de ahí el sobrenombre de
Póstumo. Augusto adoptó a sus dos hermanos mayores, Cayo y Lucio, como sus
hijos y herederos. Augusto no adoptó a Póstumo como muestra del respeto por su
viejo amigo Marco Agripa (de modo que él tuviera un hijo para continuar su linaje).
Aunque
hay poco conocimiento de él por sus contemporáneos, virtualmente todos los
historiadores romanos convienen en considerarlo como grosero y brutal; solamente Tácito lo trata ligeramente bien:(Él era) joven,
físicamente vigoroso, de hecho, brutal, Agripa Póstumo. Sin embargo, aunque
estaba desprovisto de buenos valores, no había estado implicado en escándalos.
Nunca
ha habido un consenso claro de qué sucedió, pero alrededor del año 6 o 7,
Augusto lo mandó a la pequeña isla de Planasia. Tácito sugiere que Livia
Drusila le tenía aversión y lo evitaba siempre, pues él estaba por delante de
su hijo Tiberio en la sucesión de César Augusto. Algunos historiadores modernos
han sugerido que podría haber estado involucrado en una conspiración. Por las mismas
fechas, la madre de Póstumo, Julia la Mayor, casada con el que sería luego
emperador Tiberio, fue exiliada por orden de su padre acusada de adulterio.
Asimismo, posteriormente fue abortado un plan para rescatar a Póstumo y Julia.
En
todo caso, el destierro de Póstumo aseguró la prioridad a Tiberio como heredero
de César Augusto. Tácito (1.3; 1.5) y de Dio (56.30) cuentan cómo Augusto ideó
una visita altamente secreta a la isla en el año 13 d. C., para disculparse con
su nieto y para avisarle sobre sus planes para que regresara a Roma. Un amigo
en el que confiaba, Fabio Máximo, le acompañó y le juró a Augusto guardar el
secreto sobre lo acontecido; pero Máximo se lo contó a su esposa Marcia, que a
su vez se lo mencionó inadvertidamente a Livia Drusila. Máximo pronto fue
descubierto y asesinado, y Marcia acusó posteriormente a Livia de ser
responsable de su muerte. La veracidad de esta historia es dudosa.
Independientemente
de la supuesta visita de César Augusto, el emperador murió al año siguiente sin
liberar a Póstumo de Planasia, y muy poco después de su muerte, Póstumo fue
ejecutado por sus guardianes. Las versiones contradictorias sobre quiénes
ordenaron la ejecución, existieron casi desde el comienzo, cuando Tiberio
inmediatamente y en público rechazó en el acto las acusaciones de haber
ordenado su muerte. Mientras que algunos sugirieron que Augusto mismo, pudo
haber ordenado vía instrucciones secretas que no dejaran sobrevivir a Póstumo,
es más probable que Tiberio o Livia Drusila, con o posiblemente sin el
conocimiento de Tiberio, hubiera dado la orden, aprovechándose de la situación
política confusa a la muerte de César Augusto.
Robert
Graves, en su novela Yo, Claudio, sugiere que por la influencia de Livia,
Augusto también le tuviera aversión. Graves crea incluso un incidente ficticio,
en el cual Póstumo es desenmascarado por Livia Drusila y su nieta Livila, para
acusarlo de violación, pero los historiadores modernos discrepan de la idea de
la conspiración de Livia para la sucesión.