Lucio
Octavio Cornelio Publio Salvio Juliano Emiliano (Hadrumetum, c. 100-c. 170), más conocido como Salvio Juliano, fue,
junto con Labeón, la figura más importante de la jurisprudencia romana. No
obstante, además de su función como jurisconsulto, también desarrolló una
brillante carrera política, llegando a ocupar los cargos de cuestor, cónsul y
gobernador de las provincias Germania Inferior, Hispania Citerior
Tarraconenesis y Africa Proconsularis,
entre otros.
Salvio
Juliano nació en las proximidades de la actual ciudad de Susa, en Túnez. Sin
embargo, se piensa que su familia era de origen itálico.
A
pesar de que no se conoce la fecha exacta de su nacimiento, se tiene constancia
de que este se produjo durante los años finales del imperio de Trajano (en
torno al año 100 d. C.), probablemente en la ciudad de Pupput, cercana a la
colonia romana de Hadrumetum, en la costa este de la provincia romana de
África. No en vano, en este mismo emplazamiento se descubrió, en 1899, una
inscripción honorífica en la que figura toda la trayectoria política de Juliano
hasta su cargo más alto, el proconsulado de la provincia de África. También se cree que, aún habiendo nacido en el continente
africano, pertenecía a una prestigiosa familia itálica.
Para
Lucio Octavio Cornelio Salvio Juliano Emiliano, hijo de Publio, miembro del
decemviri stlitibus iudicandis, cuestor del emperador Adriano siendo el único
integrante de la cuestura al que el deificado Adriano dobló su salario por
razón de su extraordinario conocimiento (jurídico), tribuno de la plebe,
pretor, prefecto del erario público y también del erario militar, cónsul,
pontífice, sacerdote de la hermandad adriana y de la hermandad antoniniana,
supervisor de los templos, legado del emperador Antonino Pío en Germania
Inferior, legado de los emperadores Antonino Pío y Lucio Vero en Hispania
Citerior, procónsul de la provincia de África, a nuestro protector. Erigido por
decreto de los decuriones (de Pupput) con fondos públicos.
Fue
discípulo de Javoleno Prisco, quien a comienzos del siglo II d. C. dirigía la
escuela sabiniana (también denominada casiana), lo que explica que Juliano se
refiriese a este jurisconsulto en sus escritos de madurez. Ya durante su
juventud su genio jurídico empezó a despuntar, lo que provocó que su
aprendizaje fuese objeto de reconocimiento.
Años
más tarde, y de acuerdo con el testimonio dado por Pomponio (Sextus Pomponius),
Juliano llegó a alcanzar el puesto de jefe de la escuela. Sin embargo, las diferencias entre proculeyanos y sabinianos
no se acentuaron a raíz de su liderazgo, sino que su pensamiento y personalidad
hicieron que la contraposición histórica existente entre ambas facciones se
desvaneciese y quedase superada.
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