martes, 30 de julio de 2019

LA ENCINTA ESPOSA DEL PRETOR CAYO CLODIO GLABER SOLICITA EL DIVORCIO



GLABER: ¿Habrán los dioses contemplado alguna vez tamaña belleza?.

 

ILITHYIA: Me halagas. Llegaremos tarde al circo.

 

GLABER: Esperarán. Igual que yo he esperado largo tiempo bendiciones. Será un día glorioso. Uno que no verás llegar.

 

ILITHYIA: Cayo...

 

GLABER: ¡No intentes mentir!. Sé lo que sostengo y el propósito abortivo que conlleva ese silfio.... ¿Por qué?.

 

ILITHYIA: Porque no eres digno de un heredero. No eres digno de mí.

 

GLABER: ¿Tanto nos hemos alejado del amor que una vez sentimos?.

 

ILITHYIA: Es una mancha en una costa distante. Demasiado pequeña para llamar la atención.

 

GLABER: Sostendré a mi hijo en brazos. Y tú harás el papel de madre y esposa devota.

 

ILITHYIA: No lo haré.

 

GLABER: ¡Harás lo que te mande tu marido!.

 

ILITHYIA: Pues ruego que Varinio mande con voz más suave.

 

GLABER: ¿Varinio?

 

ILITHYIA: Mi padre disuelve nuestro matrimonio en favor de una oportunidad más prometedora. Regreso con él a Roma al final de los juegos.

 

GLABER: Conspiras contra mi.

 

ILITHYIA: Hacemos lo que debemos frente a la creciente decepción.

 

GLABER: Hablaré con tu padre.

 

ILITHYIA: ¿Con qué propósito?. Te concedió mi mano solo porque se lo rogué con lágrimas en los ojos, húmeda de amor. Ahora estoy seca. Un desierto privado de lluvia.

 

GLABER: ¿No queda nada entre nosotros?

 

ILITHYIA: Solo recuerdos. Ellos también se desvanecerán. Vamos. Presentémonos como marido y mujer por última vez.


CÉSAR DICE SOBRE LAS MAGISTRATURAS


 Ningún romano está obligado a hacer nada, desde el más bajo hasta el más alto. El servicio en cualquier institución es voluntario, pero hay ciertas consideraciones que influyen sobre nuestras decisiones, y el servicio es como una obligación.




domingo, 28 de julio de 2019

viernes, 26 de julio de 2019

CÉSAR OCTAVIO DICE SOBRE SU ESTILO DE GOBIERNO



Después de Filipos, pensé mucho en hombres como Sila y mi divino padre; intenté ver dónde se habían equivocado. Comprendí que les gustaba vivir de una forma extravagante, además de regir el Senado y las asambleas con mano de hierro. Por lo tanto, decidí ser un hombre discreto y nada ostentoso, y gobernar Roma como un querido y bondadoso papá.







PRECIO DE LOS ESCLAVOS A FINALES DE LA REPÚBLICA ROMANA



 

El precio de un esclavo galo era tan bajo como el de un ánfora (una jarra grande) de vino.

 

En el siglo I a.C., los romanos exportaron una cantidad estimada en 40 millones de ánforas de vino (unos 10 millones de litros) a la Galia, y quizás recibieran en pago cerca de 15.000 esclavos al año.







ROMA ASUSTADA FRENTE A ESPARTACO



Fue en el otoño del ano 73 a.C. Tras varios meses de rebelión, las fortunas del Senado y el pueblo de Roma descendían hacia su punto mas bajo. Una ciudad que había resistido a los aventureros etruscos, soportado una invasión gala, hecho frente a la carga de Anibal y aguantado una guerra civil, sobrevivido a los anuales brotes de malaria y medrado hasta alcanzar un poder tal que podía considerarse la capital del mundo, se asustaba ante el avance de un gladiador fugitivo.

 ( Barry Strauss en "La guerra de Espartaco")