Si podéis hacer frente a la perspectiva de renunciar a los juegos
públicos, comprar una casa de propiedad en el campo. Lo que os cueste. No
ascenderá a más de lo que pagáis aquí por una renta anual, por una miserable
buhardilla mal iluminada. Con un jardín añadido a la propia casa y un pozo con
una alberca poco profunda, que os evitará extraer y acarrear agua cuando
vuestras plantas necesitan ser regadas. El insomnio causa más víctimas entre
los romanos enfermos, que cualquier otro factor o dolencias más comunes, como
la acedia y las úlceras contraídas por el exceso de comer. ¿Cuántos de entre
vosotros, os pregunto, podéis conciliar el sueño en vuestro alojamientos?
Dormir toda la noche de un tirón. Y eso es lo esencial del problema, que solo
es privilegio de los ricos. El ruido ensordecedor de los carros atravesando
esas estrechas y serpenteantes calles, las blasfemias de los carreteros
atrapados en un atasco del tráfico, esto solo, bastaría para sobresaltar al más
amodorrado de los manatíes del Emperador, desvelándolo para siempre.
( Juvenal en Sátiras )
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