miércoles, 17 de junio de 2015

CARTA DEL TRIUNVIRO OCTAVIO AL TRIUNVIRO MARCO ANTONIO



Creo que es hora de que el Senado y el pueblo de Roma vean claro como el agua que los días en que las tropas enemigas eran tratadas con bondad se han acabado; la bondad no puede ayudar sino incordiar, sobre todo cuando los legionarios de Roma tienen que soportar la presencia junto a ellos de los hombres contra los que han luchado el último nundinum. Saber que estos hombres detestados recibirán tierras cuando se retiren, como si nunca hubiesen levantado sus espadas contra Roma. He cambiado eso. Los soldados, marinos y remeros de Sexto Pompeyo han sido castigados con mucha dureza. No es costumbre romana hacer prisioneros, pero sí es costumbre romana liberar al enemigo conquistado como si fuesen romanos. Sexto Pompeyo tenía pocos romanos en sus legiones o tripulaciones. Aquellos que tenía fueron declarados hostis. En otras condiciones podría haberlos vendido como esclavos, pero en cambio preferí hacer un ejemplo de ellos.



Sexto Pompeyo escapó, junto con Libo y dos de los asesinos de mi divino padre, Décimo Turullio y Casio Parmensis. Han escapado hacia el este y. por lo tatito, se han convertido en tu problema, no en el mío. Se rumorea que han buscado asilo en Mitilene.



Recibirás tu parte del botín de Sexto Pompeyo junto con mi carta, y tomo la licencia de decirte que esta enorme suma de dinero, pagada en moneda de la República, cancela cualquier obligación que tenga de enviarte veinte mil soldados. Eres, por supuesto, libre de venir a Italia para reclutarlos, pero no tengo el tiempo ni la inclinación para hacer el trabajo sucio por ti. Lo que sí he hecho es escoger dos mil de los mejores hombres, todos dispuestos a servir contigo en Oriente, y los embarcaré rumbo a Atenas dentro de poco. Como vi por mí mismo que setenta de tus galeras de guerra estaban en la costa cubiertas de crustáceos y podredumbre, te donaré setenta quinquerremes nuevos de mis propias flotas, además de una excelente artillería y el equipo de asedio para ayudarte a reemplazar a los que perdiste en Media. No se reconocerá ningún triunfo por la campaña contra Sexto Pompeyo, que debe ser clasificada como romana. Sin embargo, recomiendo a Marco Agripa, que demostró ser tan brillante almirante como es general en tierra. Lucio Comificio, cónsul menor este año, fue bravo e inteligente en el mando, como lo fueron Sabino, Estatilio Tauro y Messala Corvino. Sicilia está en paz, entregada permanentemente a Marco Agripa, el único que ha recibido un latifundio al viejo estilo allí. Tauro ha viajado para gobernar la provincia de África; viajé con él hasta Útica y supervisé el comienzo de su mandato, y te puedo asegurar que no se excederá. De hecho, nadie se excederá de sus atributos, desde los cónsules hasta los pretores, los gobernadores y los magistrados menores. También he comunicado a las legiones de Roma que no se pagarán más gratificaciones. En el futuro lucharán por Roma, y no por ningún hombre.

Firmado, César Octavio



( C. McC. )

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