jueves, 25 de junio de 2015

DISCURSO DEL DICTADOR CAYO JULIO CÉSAR SOBRE LA NEGATIVA A LA CONDONACIÓN GENERAL DE LAS DEUDAS



No habrá condonación general de las deudas


¿Cómo puede César condonar las deudas. Ante vosotros tenéis al más gran deudor de Roma. Sí, yo tomé dinero prestado del erario, una gran suma. Ha de devolverse, quirites, ha de devolverse al nuevo tipo uniforme de interés que he impuesto a todos los préstamos: el diez por ciento simple. Y tampoco aceptaré objeciones a eso. Pensad. Si el dinero que tomé prestado no se devuelve, ¿de dónde saldrá el dinero para subvencionar el grano?, ¿el dinero para restaurar el Foro?, ¿el dinero para financiar las legiones de Roma?, ¿el dinero para construir carreteras, puentes y acueductos?, ¿el dinero para pagar a los esclavos públicos?, ¿el dinero para construir más graneros?, ¿el dinero para financiar los juegos?, ¿el dinero para añadir un nuevo depósito a la Esquilina?


Si se condonan las deudas, César no tiene que devolver a Roma ni un solo sestercio. Puede sentarse con los pies en la mesa y exhalar un suspiro de satisfacción; no necesita derramar una sola lágrima porque el erario esté vacío. No debe dinero a Roma, su deuda se ha condonado junto con todas las deudas. No, eso no podemos aceptarlo, ¿no es así? ¡Es absurdo! Y por tanto, quirites, porque César es un hombre honrado que cree que las deudas deben pagarse, debe decir "no" a una condonación general.


Por otra parte, no instituiré proscripciones . Ningún ciudadano en particular se beneficiará de los desdichados que perdieron su derecho a llamarse ciudadanos romanos. No venderé la manumisión de esclavos a cambio de información, no ofreceré recompensa a cambio de información. Ya sé todo lo que necesito saber. Los comerciantes de Roma son la causa del bienestar de la nación, y es a ellos a quienes acudo en busca de ayuda para curar estas terribles heridas. ¡Larga vida al Senado y el Pueblo de Roma! ¡Larga vida a Roma!



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