Antes
que nada, Vercingetórix, vosotros los galos debéis acostumbraros y resignaros a
alguna presencia extranjera. El mundo se está haciendo cada vez más pequeño. Ha
estado haciéndose pequeño desde que los griegos y los pueblos púnicos se
esparcieron por toda la orilla de ese mar que ahora Roma llama Mare Nostrum.
Luego entró Roma en escena. Los griegos nunca estuvieron unidos como una
nación. Grecia estaba formada por muchas naciones pequeñas y, como vosotros, se
dedicaron a luchar unos con otros hasta que agotaron al país.
En un tiempo Roma también fue una ciudad
estado, pero poco a poco reunió a toda Italia bajo su dominio como una sola nación.
Roma es Italia. Pero la dominación de Roma en Italia no depende de la solitaria
figura de un
rey. Toda Italia vota para elegir a los magistrados de Roma. Toda Italia
participa en Roma. Toda Italia proporciona los soldados de Roma. Porque Roma es
Italia. Y Roma crece.
Toda
la Galia Cisalpina al sur del río Po es ahora parte de Italia, elige a los
magistrados de Roma. Y pronto toda la Galia Cisalpina al norte del río Po será
romana también, porque yo he hecho esa promesa. Yo creo en la unidad. Yo creo
que la unidad es la fuerza. Y querría darle a la Galia Comata la unidad de una
verdadera nación. Ése sería el regalo de Roma. Los germanos no aportan regalos
dignos de ser aceptados. Si la Galia Comata perteneciera a los germanos, iría
hacia atrás. Ellos no tienen sistemas de gobierno, ni sistemas de comercio, ni
sistemas que permitan a un pueblo apoyarse en un único gobierno central.
Y como
he dicho, hay muchas diferencias entre Roma y los germanos. He señalado algunas
de ellas. Tú no has escuchado, Vercingetórix, porque no quieres escuchar. Apelas
a la pasión, no a la razón. Eso te reportará muchos adeptos, pero te hará
incapaz de darles lo que más necesitan: sabios consejos, opiniones
consideradas. Piensa en la condición del mundo que se está empequeñeciendo.
Considera el lugar que la Galia Comata tendrá en ese mundo que se hace pequeño
si se adhiere a Roma en lugar de aliarse con los germanos o enzarzarse en
disensiones internas entre sus pueblos. Yo no quiero pelear con vosotros, que
no es lo mismo que no estar dispuesto a luchar. Después de cinco años en que
Roma ha estado encarnada en la persona de Cayo Julio César, eso tú lo sabes.
Roma unifica.
Roma trae consigo su ciudadanía. Roma trae mejoras en la vida local. Roma trae
paz y abundancia. Roma trae oportunidades para los negocios, un sistema de
comercio, nuevas ocasiones para que las industrias locales vendan sus productos
por todos los lugares del mundo donde llega Roma. Vosotros los arvernos hacéis
la mejor cerámica de la Galia Comata. Como parte del mundo de Roma, vuestras
cerámicas irían mucho más allá de Britania. Con las legiones de Roma vigilando las
fronteras de la Galia Comata, los arvernos podrían expandir sus negocios y aumentar
sus riquezas sin temor a las invasiones, al pillaje... y a la violación.
Todos
esos pueblos galos tuvieron su oportunidad ,pero quebrantaron sus tratados,
prefirieron la guerra a la sumisión. La sumisión les hubiera costado poco. Un
tributo, a cambio de una paz garantizada. A cambio de no tener ningún ataque
más de los germanos. A cambio de un estilo de vida más fácil, más fructífero.
¡Seguirían adorando a sus propios dioses, seguirían poseyendo sus tierras,
seguirían siendo hombres libres, seguirían viviendo!
Ése
es el precio que hay que pagar, Vercingetórix. La mano ligera de los romanos
sobre las riendas o la mano dura de los germanos. Ésa es la elección. El
aislamiento se acabó. La Galia Comata ha entrado a formar parte del Mare
Nostrum. Todos vosotros tenéis que comprender eso. Las cosas no pueden volver
atrás. Roma está aquí. Y Roma se quedará. Porque Roma también debe mantener a
los germanos al otro lado del Rin. Hace más de cincuenta años la Galia Comata
fue dividida de punta a punta por tres cuartos de millón de germanos. Lo único
que vosotros pudisteis hacer fue sufrir su presencia. Tuvo que ser Roma en la
persona de Cayo Mario quien os salvó entonces. Y es Roma, en la persona del
sobrino de Cayo Mario, quien os salvará ahora. ¡Aceptad la presencia
continuada de Roma, os lo suplico con la mayor seriedad! Si aceptáis a Roma, en
realidad pocas cosas cambiarán. Preguntad a cualquiera de las tribus galas de
nuestra Provenza: los volcos, los voconcios, los helvios, los alóbroges. No son
menos galos por ser romanos. Viven en paz, prosperan enormemente.
Y sí,
desde luego que me he fijado en que los galos doblais de más a la población de
Italia, pero no te creas que soy tan tonto, Vercingetórix. Que seáis más del
doble de población eso no tiene ninguna importancia, porque los ejércitos de
Roma son los mejores, más disciplinados y entrenados del mundo. Os pido que los galos seáis sensatos y
prudentes. ¡No podéis ganar! ¿Para qué intentarlo? ¿Para qué matar a la flor y
nata de vuestros hombres en una causa perdida? ¿Para qué dejar a vuestras
mujeres desamparadas y vuestras tierras tan vacías que me veré obligado a
instalar en ellas a mis veteranos romanos para que se casen con vuestras
mujeres y engendren hijos romanos?.¡Este año será de total desgaste si te
atreves a ponerme a prueba, Vercingetórix!.
¡Opónte a mí en el campo de batalla y caerás y
seguirás hundiéndote! ¡A mi no se me puede derrotar! ¡A Roma no se la puede
derrotar! ¡Nuestros recursos en Italia, y la eficacia con la que podemos
disponer de ellos, son tan enormes que puedo reponer cualquier pérdida que
pueda sufrir en un abrir y cerrar de ojos! ¡Si así lo deseo, puedo multiplicar
por dos esos cincuenta y cuatro mil hombres de mi ejército en poco tiempo! ¡Y
equiparlos por completo! ¡Estáis advertidos, hacedme caso! ¡Os he puesto al
corriente de todo esto no para que os sirva hoy, sino para el futuro! ¡La
organización romana, la tecnología romana y los recursos romanos por si solos
serán suficientes para veros caer! ¡Y no pongáis vuestras esperanzas en el día
en que Roma envíe a un gobernador menos competente a la Galia Comata! ¡Porque
para cuando llegue ese día, Vercingetórix, tú ya no existirás! ¡César os habrá
reducido a ruiinas a ti y a todos los tuyos!
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