Sila,
detentando de hecho un poder real o tiránico, no objeto de una elección sino de
la fuerza y la violencia, pero necesitando, por otro lado, parecer que había
sido elegido, siquiera externamente, alcanzo incluso este objetivo del siguiente
modo. Otrora, los reyes romanos eran elegidos por su valor y, cuando alguno de
ellos moría, un senador tras otro ejercían el poder real por cinco días, hasta
que el pueblo decidía quien debía ser el nuevo rey. Aquel que ejercía el poder
durante cinco días era llamado interrex, pues era rey en ese tiempo. Los magistrados
salientes presidían siempre las elecciones de los cónsules y, si en alguna ocasión
no había por casualidad un cónsul, también se elegía entonces un interrex para
los comicios consulares. Sila, aprovechándose precisamente de esta costumbre,
como no había cónsules puesto que Carbón habia muerto en Sicilia y Mario en
Preneste, se alejo un poco de la ciudad y ordeno al senado que eligiera un interrex.
El senado eligió a Valerio Flaco en la esperanza de que iba a presidir la elección
de los cónsules. Sin embargo, Sila ordeno a Flaco, por medio de una carta, que
hiciera llegar al pueblo su opinión de que Sila estimaba que seria útil para la
ciudad, en la situación presente, la magistratura que llamaban dictadura, cuya
practica había ya decaído hacia cuatrocientos anos. Y aconsejo, además, que el
que eligiesen detentara el cargo no por un tiempo fijado, sino hasta que hubiesen
quedado consolidados en su totalidad la ciudad, Italia y el gobierno, zarandeados,
a la sazón, por luchas intestinas y por guerras. El espíritu de la propuesta aludía
al propio Sila y no cabía lugar a dudas, pues Sila, sin recato hacia su
persona, había revelado al final de la carta que le parecía que el seria, en
especial, útil a la ciudad en esta coyuntura.
Estas
eran las propuestas de la carta de Sila. Y los romanos, contra su voluntad,
pero no pudiendo celebrar ya una elección conforme a la ley y al juzgar que el
asunto en su conjunto no dependía de ellos, recibieron con alegría, en medio de
su total penuria, el simulacro de elección a modo de una imagen externa de
libertad, y eligieron a Sila dictador por el tiempo que quería.
Ya
antes, el poder de los dictadores era un poder absoluto, pero limitado a un corto
espacio de. tiempo; en cambio entonces, por primera vez, al llegar a ser
ilimitado en su duración devino en autentica tiranía. Tan solo añadieron, para
dar prestancia al titulo, que lo elegían dictador para la promulgación de las
leyes que estimara convenientes y para la organización del Estado. De este modo
los romanos, después de haberse gobernado por reyes durante mas de sesenta
olimpiadas y por una democracia con cónsules elegidos anualmente durante otras
cien olimpiadas, ensayaron de nuevo el sistema monárquico. Entonces corría
entre tos griegos la ciento setenta y cinco olimpiada, pero ya no se celebraba
en Olimpia ninguna competición atlética a excepción de la carrera en el
estadio, porque Sila se había llevado a Roma a los atletas y todos los demás espectáculos
para celebrar sus triunfos sobre Mitridates o en las guerras de Italia, aunque
el pretexto había sido conceder un respiro y procurar diversión al pueblo de
sus fatigas.
Sila,
no obstante, para mantener la apariencia de la constitución patria encargo que fueran
designados cónsules, y resultaron elegidos Marco Tulio y Cornelio Dolabella. Y el
propio Sila, como si se tratase de un rey, era dictador sobre los cónsules. Se
hacia preceder, como dictador, de veinticuatro fasces, numero igual al que precedía
a los antiguos reyes, y se hacia rodear de una numerosa guardia personal; abolía
unas leyes y promulgaba otras; prohibió que se ejerciera la pretura antes de la
cuestura y que se fuera cónsul antes que pretor, y también veto que se desempeñara
la misma magistratura antes de haber transcurrido diez anos. De igual modo,
casi destruyo también el poder de los tribunos de la plebe, debilitándolo en
grado máximo al impedir por ley que un tribuno pudiera ejercer ya ninguna otra
magistratura. Por lo cual todos aquellos que por razón de fama o linaje competían
por esta magistratura la rechazaron en el futuro. Yo no puedo decir con
exactitud si Sila, como ocurre ahora, transfirió este cargo del pueblo al
senado. Incremento el numero de senadores, que había quedado bastante menguado
a causa de las luchas civiles y las guerras, con trescientos nuevos miembros reclutados
entre los caballeros mas destacados, concediendo a las tribus el voto sobre
cada uno de ellos. A su vez, inscribió en el partido popular a los esclavos mas
jóvenes y robustos, mas de diez mil, de aquellos ciudadanos muertos, después de
haberles concedido la libertad y les otorgo el derecho de ciudadanía romana y
les dio el nombre de Cornelios por su propio nombre, a fin de tener dispuestos a
todo a diez mil personas entre el partido del pueblo. Persiguiendo el mismo
objetivo con respecto a Italia distribuyo a las veintitrés legiones que habían
servido bajo su mando, según he dicho, una gran cantidad de tierra en numerosas
ciudades, de la que una parte era propiedad publica que estaba aún sin repartir
y la otra se la había quitado a las ciudades en pago de una multa.
(
Apiano en "Guerras Civiles" )
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