Teniendo en cuenta las
disposiciones de mi difunto padre Cayo Julio César, voy a emprender unas
importantes reformas para Egipto y Alejandría. En primer lugar me ocuparé de
Alejandría. Tiene que haber cambios; cambios inmediatos. En el futuro
seguiremos la práctica romana de dar raciones de trigo gratis para los pobres;
además, con respecto al trigo, el precio no fluctuará, para fijar su coste si
es comprado en ultramar cuando el Nilo no inunda. El gasto adicional será
absorbido por el erario público de Alejandría. Sin embargo, estas leyes se
aplicarán sólo a la cantidad de trigo que una familia pequeña consume durante
el curso de un mes: el medimnus. Cualquier alejandrino que compre más de un
medimnus al mes tendrá que pagar el precio normal.
Aquellos residentes de
Alejandría que en ese momento no tengan derecho a la ciudadanía recibirán una
franquicia. Esto se aplicará a todos los hombres libres, incluidos los
libertos. De esa manera, habrá listas de ciudadanos y equipos del Estado para
que otorguen los vales de trigo, ya sea para trigo gratis o para el medimnus
subsidiado. Todos los magistrados de la ciudad, desde el intérprete hacia abajo,
serán elegidos de la manera más justa (por elección libre) y durarán en el
cargo sólo un año. Cualquier ciudadano, ya sea macedonio, griego, judío, medo o
egipcio mestizo, podrá presentarse, y se darán leyes para castigar el soborno
electoral, como también la corrupción en el cargo.
Por último, en cada
intersección principal construiré una fuente de mármol. Estas fuentes tendrán
varias espitas para sacar agua y un caño grande para lavar ropa y para que se
laven las personas, construiré baños públicos en cada barrio de la ciudad,
excepto Beta, donde el recinto real ya tiene las adecuadas facilidades.
OBJECIÓN DE SU MADRE-CONSORTE,
LA FARAONA CLEOPATRA SÉPTIMA
Tu propuesta es espléndida,
pero manifiestamente imposible de aplicar. Y esto es porque Alejandría tiene su
propio mos maiorum, Cesarión. Sus propias costumbres y tradiciones. Los
gobernantes de un lugar, sea una ciudad o una nación, no están obligados a
socorrer a los pobres, que son una aflicción que sólo la hambruna puede curar.
Los romanos llaman a sus pobres proletarios, y eso significa que no tienen
absolutamente nada para darle al Estado salvo hijos que luego los enrolan en
las legiones y los destinan en las guerras y mantenimiento de su propio
Imperio; y con ello pobres con ningún impuesto ni ninguna prosperidad. Pero los
romanos también tienen una tradición de filantropía, por eso alimentan a sus
pobres a costa del Estado. Alejandría no tiene tal tradición, ni tampoco otros
lugares. Sí, estoy de acuerdo en que nuestros magistrados son corruptos, pero
los macedonios son los colonizadores originales, y se sienten con derecho a
ocupar los cargos. Intenta quitárselos y te destrozarán en el ágora; no por los
macedonios, sino por los pobres. La ciudadanía de Alejandría es preciosa, no se
da a quienes no la merecen. Para los egipcios tú y yo somos hijo e hija de
Amón-Ra, Isís y Horus reencarnado, Señores de las Dos Damas del Alto y el Bajo
Egipto, de la Juncia y la Abeja. Nuestro propósito es ser fructíferos, traer
prosperidad a los altos y a los bajos. Faraón es el dios en la tierra,
destinado a no morir nunca. Tu padre tuvo que morir para convertirse en deidad,
mientras que tú has sido un Dios desde tu concepción. Y los egipcios no piensan
como los romanos: no quieren ser libres: quieren que los guíen los dioses. Para
hacer las reformas que tú deseas, hay que ir poco a poco, porque la gente no
cambia bruscamente. No voy a decirte que no has vivido lo suficiente para tener
la necesaria experiencia en tratar con la gente, ya sea tus súbditos o colaboradores;
tú lo rechazarías de tener mi propia edad. No puedes dar edictos faraónicos que
lancen a la gente a una conmoción instantánea y no esperar oposición. Admiro la
profundidad de tus investigaciones, y admito la verdad de mucho de lo que has
dicho. Pero aquello que tú y yo sabemos que es la verdad no es obvio para los
demás. Las personas vulgares, incluso los aristócratas macedonios, están
aferrados a sus maneras. Se resisten al cambio de la misma manera que una mula
se resiste a ser llevada de la rienda. El mundo de un hombre o una mujer está
circunscrito a su entorno comparado a nuestro mundo; pocos de ellos viajan, y
aquellos que lo hacen no van más allá del delta o de Tebas para unas vacaciones
si tienen el dinero. El registrador no ha estado nunca más allá de Alejandría de
Pelusium, ¿así que cómo crees que ve él el mundo?. ¿Qué le importa Menfis, y no
digamos ya Roma?. Si eso es verdad para él, ¿cómo crees que piensan personas
inferiores?. Somos faraones de un país de mil millas de largo pero sólo de diez
millas de ancho excepto en Ta-She, un país que no tiene ningún ciudadano libre.
Nos pertenecen, como nos pertenecen la tierra que cultivan y las cosechas que
recogen.
En cuanto al dinero, tenemos tanto que nunca lo podríamos
gastar, acumulado debajo del suelo, fuera de Menfis. En el futuro, y con unas
reformas a su debido tiempo y que avancen despacio, lo podrás utilizar para
mejorar al pueblo de Egipto .Y claro que si los pobres van a recibir reparto de
trigo gratis como ocurre con los romanos, es más difícil que se den casos de
rebeldía y de oposición. En el fondo estoy de acuerdo con tus planes de
reforma, y por eso te sugiero que comiences con ese paso. Pero ¡no de la noche
a la mañana, por favor!. Dedica el año próximo a trabajar en lo que tu padre
hubiese llamado la logística, ponlo todo por escrito y lo discutimos entre
nosotros y los grandes de la corte. Piensa que incluso la legislación del gran
César tardó años en completarse. No puedes tomar atajos, Cesarión. Ocúpate de
cada cambio adecuada, meticulosa y perfectamente. Toma como ejemplo al primo
Octavio; allí tienes a un verdadero perfeccionista, y no soy tan tonta como
para no admitirlo. Tú tan solo tienes 13 años y mucho tiempo para
prepararte, hijo mío. Haz las cosas poco a poco, por favor. Habla mucho antes
de actuar; las personas deben ser preparadas cuidadosamente para un cambio para
que no sientan como si se les hubiese impuesto sin aviso. ¿Lo tendrás en
cuenta, por favor?. En cuanto a las elecciones, son una farsa.
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