Las
letrinas con cisterna de agua eliminaban los excrementos, teniendo la
precaución de depositarlos en un río o lago alejados del lugar en el cual se
recogía el agua para el consumo de la legión.
Vegecio escribe:
Ahora
advertiré de algo en lo que hay que fijarse a toda costa: cómo proteger la salud
del ejército… El ejército no debería utilizar agua insalubre o cenagosa, pues beber
agua en malas condiciones es como tomar veneno y hace enfermar a los que la toman.
Y, por supuesto, cuando un soldado corriente cae enfermo, todos los oficiales, desde
el mando más alto al más bajo de la legión, deberían hacer todo lo posible para
que se recupere mediante la dieta y la atención médica adecuadas. Pues será
malo para los soldados tener que afrontar las exigencias de la guerra y de la
enfermedad. Pero hay que señalar que los expertos militares están de acuerdo en
esto: el ejercicio diario hace más por la salud de los soldados que cualquier
cosa que puedan hacer los médicos.
( Flavio Vegecio
Renato en "Compendio de técnica militar" )
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