(...) El alma es la que nos hace ricos. Esta nos acompaña a los destierros
y a las más agrias soledades; y cuando halla lo que es suficiente para el
sostenimiento del cuerpo, goza en abundancia de los propios bienes; el dinero
no atañe más al alma que a los dioses inmortales.
(...) El cuerpo necesita muchas cosas para vigorizarse; el alma en cambio
crece de sí misma, se alimenta a si misma. Todo lo que puede hacerte bueno está
contigo.
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