En su autobiografía poética "Tristes", Ovidio
señala que su padre ( un hombre del campo de talante conservador que vivió
hasta los noventa años) intentó obligarlo a abandonar la poesía porque no
reportaba ningún dinero, pero añade que todo lo que él decía le salía en verso.
Ese pasaje quizás sirviera de inspiración para una anécdota maravillosa, aunque
apócrifa: en una ocasión en que su padre estaba pegándolo por no dejar de
escribir poesía, Ovidio exclamó parce mihi; nunquam versificabo, pater! ("¡Déjame! ¡No escribiré nunca versos,
padre!"), que casualmente es un pentámetro.
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