( Marco Aurelio )
El emperador romano Marco
Aurelio dijo esto en "Meditaciones", su obra filosófica escrita en
griego durante sus campañas militares. Es una expresión de la idea estoica de que todo es
transitorio y efímero, enfatizando que todo en el mundo está destinado a
desaparecer y que la muerte alcanza a todos, sin importar la edad o las circunstancias, y que debemos aceptar el destino con serenidad y
virtud. Además, la afirmación sugiere que la destrucción y el cambio son
inevitables y forman parte de la naturaleza de la vida.
Creo que Marco Aurelio pretendía invitarnos a contemplar la realidad desde una perspectiva cósmica, en la que todo lo que existe está sometido al cambio y a la decadencia. El emperador romano nos recuerda que nada es permanente ni duradero, ni siquiera nosotros mismos, y que debemos ser conscientes de nuestra pequeñez y fragilidad frente al destino.
Al mismo tiempo, nos anima a aprovechar el momento presente y a
actuar con virtud y justicia, sin apegarnos a las cosas externas ni temer a la
muerte, que es una parte natural del ciclo de la vida. Porque se supone que así
considera que podremos alcanzar la paz interior y la armonía con el orden
universal.
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