Rufo
Festo Avieno fue un poeta latino del siglo IV d. C. cuyo nombre completo,
Postumius Rufius Festus [qui et] Avien[i]us, se menciona en una inscripción de
Bulla Regia; Avieno, en cambio, es la forma de referencia más común.
Era natural de Volsinii en Etruria,
procedía de la distinguida familia de los Rufii Festi. Hombre de inmensa
cultura, fue dos veces cónsul (al menos si la inscripción publicada por los
anticuarios Jacon Spon y Raphael Fabretti de verdad hace alusión a este
personaje). No hay nada en sus escritos que nos haga pensar que era cristiano;
de hecho, apenas si hay alguna alusión a temas religiosos en su obra, lo que
indica que podría haber sido agnóstico.
Hizo una traducción algo inexacta al latín
del poema didáctico de Arato llamado Phaenomena (Fenómenos) y también tradujo
al latín un poema popular griego en hexámetros titulado Periégesis, que
delimitaba el mundo habitable desde la perspectiva de Alejandría, escrito por Dionisio
Periegetes en un estilo lacónico y elegante muy fácil de memorizar para los
estudiantes romanos, bajo el título de Descriptio Orbis (Descripción del
Mundo). Sólo ha pervivido el Libro I, con una mezcla inestable de geografía y
malas etimologías.
Es autor de la Ora Marítima, de la que
solo se conservan algunos fragmentos, 713 versos en total, y en la que se
recoge la primera fuente escrita sobre Hispania en el siglo IV d. C. Esta obra
en verso dedicada a su amigo Probo es una descripción geográfica de las
costas europeas desde Britania hasta el Ponto Euxino o mar Negro.
La obra comenzaría describiendo el Océano
desde una localización incierta hacia el sur y el oeste. Una vez pasado el
estrecho de Gibraltar, las descripciones se van haciendo más sólidas. Debido al
deficiente estado de conservación de la obra, la descripción se corta
abruptamente a la altura de Masalia.
Está escrito a partir de un posible
periplo griego, el Periplo massaliota de Eutímenes de Masalia (s. VI a.
C.) interpolado con otro del siglo I a. C. por el historiador griego Éforo,
por lo que Avieno se habría limitado a la traducción versificada de griego a
latín y a la añadidura de algunos comentarios para actualizar los datos dados.
Esta es una teoría de Adolf Schulten que se sustentaba en los topónimos
utilizados por el autor, que podrían datar de alrededor del 530 a. C. Estos
topónimos son muy conflictivos, y se desconoce cuál es la correspondencia o
dónde podrían estar ubicados, en especial una serie de colonias griegas como
Hemeroscopio o Cípsela.
La complejidad de este texto es mayor de
la que se pueda pensar en un primer momento, ya que son muchas las fuentes que
se intercalan y de muy diversas épocas, por lo que requiere un estudio
filológico exhaustivo para defender una u otra interpretación. Se ha apuntado
la hipótesis de que el periplo de Eutimenes esté basado a su vez en un periplo
fenicio que podría datar del siglo VII a. C. El cómo y el por qué del
conocimiento de un periplo tan antiguo siempre será desconocido y motivo de
controversia.
Otros estudiosos rechazan por completo el
valor histórico del documento por cuanto que refleja la situación de una
producción literaria arcaizante propia de las culturas en decadencia, que
intenta imitar y recrear tiempos pasados, que siempre se recuerdan como mejores.
Entre las más destacadas obras de Rufo Festo Avieno se encuentran las siguientes:
- "Fenómenos": una traducción al latín del poema de Arato sobre los fenómenos celestes, con algunas adiciones y modificaciones.
- "Descripción del mundo": una traducción al latín del poema de Dionisio Periegetes sobre la geografía del mundo conocido, con comentarios y correcciones.
- "Ora marítima": una descripción en verso de las costas europeas desde Britania hasta el mar Negro, basada en antiguos periplos griegos y otras fuentes.
Rufo Festo Avieno fue dos veces procónsul y viajó a Delfos y a Cádiz. Tradujo y adaptó poemas griegos sobre geografía y astronomía, como los Fenómenos, la Descripción del mundo y la Ora marítima. Su estilo era oscuro y defectuoso, pero también erudito y original. No se sabe si fue cristiano o si tuvo algún amor. Avieno fue un hombre de inmensa cultura, que supo aprovechar las fuentes antiguas para transmitir su visión del mundo. Fue un poeta original y curioso, que nos reveló las costas antiguas con sus pueblos y sus misterios. Fue un cónsul respetado y un viajero intrépido, que dejó su huella en la historia y en la literatura. Se ignora cuándo y dónde murió.
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