Flavio Arbogastes
(en latín, Flavius Arbogastes; ¿?-6 de septiembre de 394), conocido como
Arbogaste o Arbogasto el viejo para distinguirlo de Arbogasto el joven, comes
de Tréveris en 477, fue un general romano de origen franco, magister militum
del Imperio Romano de Occidente a finales del siglo IV.
Se conoce poco de su vida antes de 388,
cuando fue puesto al mando de las tropas occidentales por el emperador Teodosio
I a la muerte del usurpador Magno Máximo. Arbogastes fue
un buen soldado y un fiel amigo de los emperadores. Luchó contra los bárbaros y
los rebeldes. Teodosio I le dio el mando del ejército occidental. El senado le
apoyó para elegir a Eugenio como emperador.
El nombre franco Arbogastes parece provenir
de dos elementos germánicos; arwa; heredero y gastiz: espíritu. Hasta los
estudios de Jones en la década de 1990, se creía que Arbogasto era hijo de Flavio
Bauto, magister militum y protector de Valentiniano II, a quien
sucedió. No obstante, el consenso actual es que esta filiación debe ser
descartada. Es aceptado, en cambio, que era sobrino del general franco Ricomero.
Arbogastes se unió al Ejército Imperial Romano bajo el mando del emperador Graciano, hijo de Valentiniano I, y hermano mayor de Valentiniano II, en el Imperio Romano Occidental. Cuando Graciano fue asesinado por el usurpador Magno Máximo en el 383, Arbogastes se pasó al bando del emperador Teodosio I, que gobernaba el Imperio Romano de Oriente. Teodosio I reconoció a Valentiniano II, el hermano menor de Graciano, como emperador legítimo de Occidente, pero le asignó a Arbogastes como su magister militum o comandante en jefe.
Al poco tiempo se hizo un buen
nombre por su extremada efectividad y lealtad a su comandante en el campo de batalla
y en 380 Graciano lo había enviado con el magister militum Bauto a apoyar a Teodosio
I contra los visigodos de Fritigerno, quienes habían saqueado en Macedonia
y Tesalia ese año y el siguiente. Los ejércitos del occidentales comandados por
Bauto y Arbogastes y las fuerzas de Teodosio I en el Este, tuvieron éxito
expulsando a Fritigerno de Macedonia y Tesalia, hacia Tracia y en Mesia
y finalmente firmaron un tratado de paz con los visigodos en el año 382.
Arbogastes ayudó a Teodosio I a derrotar a Magno Máximo en el 388, tras una guerra civil que duró cuatro años. Arbogastes se convirtió entonces en el verdadero gobernante de Occidente, relegando a Valentiniano II a un papel secundario. Después de la muerte de Valentiniano II el 15 de mayo de 392, era necesario un nuevo líder del imperio romano occidental. El 22 de agosto de 392, Arbogastes, con la ayuda del senado de Roma, eligió a Eugenio, un gramático cristiano que apoyaba la tolerancia entre las diferentes corrientes filosóficas y religiosas, como su emperador.
Eugenio era un
cristiano moderado que favorecía la tolerancia hacia el paganismo y el
arrianismo. En cambio Teodosio I era un cristiano ortodoxo que había
promulgado leyes contra los cultos paganos y las herejías. Teodosio I contaba
con el apoyo de sus aliados godos y alanos, que eran cristianos arrianos. Al mismo tiempo de la muerte de
Valentiniano II, Teodosio I nombra a su hijo Honorio como emperador del
imperio romano occidental. Después de numerosos esfuerzos infructuosos para
apaciguar a Teodosio I y apuntalar la posición de Eugenio, estalla la guerra.
El 5 de septiembre de 394, Teodosio atacó a
Arbogastes en la batalla del Frígido en las orillas del río Frigido, en
la actual Eslovenia. La batalla fue muy sangrienta y duró dos días con grandes pérdidas en ambos
lados. Finalmente, Teodosio I logró
vencer gracias al apoyo de sus aliados godos y alanos, además de que un fuerte viento se le hizo favorable, pese a que
Arbogastes y Eugenio partían con ventaja. El 6 de septiembre, Arbogastes se suicidó inmediatamente después de su
derrota en los Alpes Julianos. El emperador Eugenio cayó en el campo de
batalla el mismo día.
Se especuló extensamente sobre si Arbogastes
asesinó a Valentiniano II, sin embargo, se juzgó como un suicidio. Valentiniano
II y Arbogastes disputaron con frecuencia por el control sobre el imperio
romano occidental. Probablemente estas alegaciones eran propaganda usada por
Teodosio I para justificar una toma de posesión hostil del imperio romano
occidental.
Arbogastes
vivió en un contexto histórico muy complejo y difícil para el Imperio Romano de
Occidente, que se enfrentaba a varios desafíos:
- Las
invasiones bárbaras de diversos pueblos germánicos, como los godos, los
alamanes, los francos o los vándalos, que presionaban las fronteras y
amenazaban la seguridad y la estabilidad del imperio. Estas invasiones se
intensificaron a partir del siglo IV, cuando el Imperio Romano se dividió en
dos partes: una oriental y otra occidental.
- Las
luchas internas por el poder entre diferentes emperadores, usurpadores,
generales y senadores, que debilitaban la autoridad y la cohesión del imperio.
Estas luchas provocaron varias guerras civiles, como la de Magno Máximo contra
Graciano y Valentiniano II (383-388) o la de Eugenio contra Teodosio I
(392-394).
- La
crisis religiosa provocada por el surgimiento y la expansión del cristianismo,
que entraba en conflicto con el paganismo tradicional y con otras corrientes
cristianas consideradas heréticas, como el arrianismo. El cristianismo se
convirtió en la religión oficial del imperio bajo el reinado de Teodosio I, que
promulgó leyes contra los cultos paganos y las herejías.
Estos desafíos contribuyeron al declive y la caída del
Imperio Romano de Occidente, que se produjo en el año 476, cuando el último
emperador, Rómulo Augústulo, fue depuesto por el jefe bárbaro Odoacro
Por
otra parte las consecuencias fueron que Teodosio I se convirtió en el último emperador en gobernar
todo el Imperio Romano, ya que a su muerte en el año 395 lo dividió entre sus
dos hijos: Honorio en Occidente y Arcadio en Oriente. Esta división fue
definitiva y marcó el inicio de la decadencia del Imperio Romano de Occidente.
-
Teodosio I consolidó el cristianismo niceno como la religión oficial del
Imperio Romano, eliminando cualquier tolerancia hacia el paganismo o las
herejías. El cristianismo se convirtió en un factor de unidad e identidad para
los romanos frente a las invasiones bárbaras que amenazaban al imperio.
-
Teodosio I fortaleció la alianza con los godos y los alanos, que se
establecieron como federados dentro del Imperio Romano. Sin embargo, esta
alianza no impidió que algunos grupos godos se rebelaran contra Roma y
saquearan ciudades como Roma o Cartago en los siglos siguientes.
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