Alcmeón de Crotona (siglo VI a. C.) fue un filósofo
pitagórico dedicado a la medicina.
Muy pocos son los que lo conocen por su propio
nombre, es de la generación de pitagóricos contemporáneos o sucesores
inmediatos de Pitágoras. El único pensador itálico entre Pitágoras y
Parménides, de cuyas opiniones tenemos testimonios suficientes como para
justificar su estudio, es Alcmeón de Crotona el cual tendría su acmé a
comienzos del siglo V a. de Cristo. Sabemos que era dualista y que tuvo algún
tipo de contacto con Pitágoras. El Yámblico cataloga a Alcmeón entre los
contemporáneos de Pitágoras, joven discípulo suyo, cuando él era anciano. De
todos modos dado que en la misma lista sitúa a Filolao, Arquitas y Leucipo,
su testimonio carece de valor alguno. Por su parte, Aristóteles, que
menciona a Alcmeón por su nombre en varias ocasiones, afirma que era joven
cuando Pitágoras era un anciano pero no dice nada sobre que fuera su discípulo
o que lo conociera. También conjetura con que, Alcmeón, tomó sus teorías de los
pitagóricos o ellos de él, pero nunca afirma que fuera miembro de la escuela.
Por su parte Diógenes Laercio habla de la relación de Alcmeón con Brontino,
y, dado que sabemos que éste mantuvo una estrecha conexión con Pitágoras, es
una muestra clara de que Alcmeón mantuvo un estrecho contacto con la escuela
pitagórica. Diógenes cita también a León y Bátilo, los cuales, según la lista
de Yámblico, aparecen entre los pitagóricos. Parece que Alcmeón se
interesó preferentemente por asuntos relacionados con la medicina y con la
fisiología, aunque lo cierto es que se preocupó también por cuestiones de
filosofía natural.
Se centró en el origen y proceso de las sensaciones
siendo de su creación la tabla pitagórica de las oposiciones (dulce/amargo,
blanco/negro, grande/pequeño) que ponía en relación sensaciones, colores y
magnitudes. Otra de sus contribuciones fue la elaboración de una teoría que
suponía el alma inmortal y en continuo movimiento circular. Alcmeón atribuyó la
tenencia de alma tanto a los hombres como a los astros, e identificó la armonía
con una ley universal.
Sobre la doctrina de Alcmeón de Crotona dice
Aristóteles:
"La doctrina de Alcmeón de Crotona, parece
aproximarse mucho a estas ideas, sea que las haya tomado de los Pitagóricos,
sea que éstos las hayan recibido de Alcmeón, porque florecía cuando era anciano
Pitágoras, y su doctrina se parece a la que acabamos de exponer. Dice, en
efecto, que la mayor parte de las cosas de este mundo son dobles, señalando al
efecto las [68] oposiciones entre las cosas. Pero no fija, como los
Pitagóricos, estas diversas oposiciones. Toma las primeras que se presentan,
por ejemplo, lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo, el bien y el mal, lo grande
y lo pequeño, y sobre todo lo demás se explica de una manera igualmente
indeterminada, mientras que los Pitagóricos han definido el número y la
naturaleza de las oposiciones". Aristóteles, Metafísica, Libro 1º, V
Descubrió el nervio óptico y la trompa de Eustaquio.
Alcmeón fue, como los pitagóricos, un dualista. Lo
que sucede es que mientras éstos reconocían como principios primarios a unos
pares particulares de opuestos ( limite-ilimitado ), Alcmeón, afirma
simplemente que la oposición era fundamental sin especificar ningún par o pares
primarios. En este contexto, su teoría de la salud, es quien mejor ilustra su
dualismo. Es muy posible que esta doctrina, a pesar de su rectricción al campo
de la medicina, haya sugerido a Platón la teoría que Simias, en el Fedón ( 85 E
- 86 D ) describe acerca de que el alma es simplemente una armonización de los
opuestos físicos que componen el cuerpo. Dado que Platón, en este pasaje, cita
una opinión pitagórica, resulta verosímil pensar que, en este punto, fuera Alcmeón
el padre de la teoría lo que demostraría que: o bien era pitagórico, o que
ejerció influencia sobre los pitagóricos.
Alcmeón es el primer médico que dictamina que las
funciones psíquicas residen en el cerebro basándose en la observación clínica y
en pruebas experimentales que le permitieron comprender que los órganos de los
sentidos están unidos al cerebro a través de vías de comunicación, los nervios,
por los cuales corren o circulan las sensaciones respectivas. Esta idea es
trascendental.
“El gran descubrimiento del genial Alcmeón de Crotona
de que el cerebro era el sitio de la conciencia, de las sensaciones y del
entendimiento, en otras palabras, del conjunto de la vida psíquica, llevaba
implícita la idea que toda enfermedad mental y también la epilepsia, dependía
de una enfermedad del cerebro” (…) “el cerebro regía todo el cuerpo, era el
órgano central de toda la actividad humana tanto psíquica como corporal; en él
terminaban los nervios y en él estaba el centro de toda la vida psíquica. A él
debíamos nuestras sensaciones y pensamientos (…) El cerebro llevaba a la
conciencia las sensaciones que los nervios traían desde los órganos
sensoriales”.
Se piensa que los textos que nos hablan sobre la
concepción del alma de Alcmeón, a pesar de ser contradictorios, nos estarían
describiendo la misma doctrina. La oposición presente en los textos sería la
siguiente:
Por un lado se afirma que el alma es inmortal y que
posee la cualidad, del mismo modo que los cuerpos celestes, de estar siempre en
movimiento circular.
Por otro lado se afirma que los hombres son mortales
porque son incapaces de juntar el principio con el fin. Es decir en ellos
existiría un alma que permite realizar el movimiento del cuerpo pero no llevar
a cabo un movimiento circular continuo.
En definitiva mientras que los cuerpos celestes son
inmortales y eternos ya que tienen la propiedad de realizar un movimiento
circular continuo; en el caso del hombre, éste seria mortal ya que no tendría
la capacidad de unir el principio con el fin, es decir, realizar un movimiento
de tipo circular continuo. Esta curiosa doctrina nos recuerda a Heráclito
cuando afirma que en un círculo el comienzo y el fin son el mismo. También Platón,
en el Timeo, habla acerca de los círculos giratorios del alma dando la impresión
de tener cierta relación con esta teoría.
Alcmeón de Crotona fue uno de los primeros autores
que trató de formular una hipótesis sobre el sueño, si bien se trató de una
hipótesis no experimental, evidentemente. La hipótesis de Alcmeón es conocida
como hipótesis vascular, al proponer que el sueño es el resultado de un aumento
de la cantidad de sangre.
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