“Durante su
infancia, su vida fue amenazada por complots de sus guardianes, que, montándole
en un caballo bronco le forzaban a cabalgar y a lanzar la jabalina, pero cuando
estos intentos fallaron, puesto que su dominio del caballo era superior a sus
años, intentaron segar su vida con venenos. Él, sin embargo, estando en guardia
contra esa traición, tomaba antídotos frecuentemente y se fortalecía de esa
manera, con una prevención exquisita contra su maldad”.
( Justino )
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