domingo, 14 de junio de 2015

DISCURSO DE CÉSAR EN LA ASAMBLEA DE LAS LEGIONES, PARA PREPARAR LA BATALLA DE DYRRACHIUM


-¡Henos aquí, muchachos, a más de mil quinientos kilómetros de nuestro antiguo terreno de batalla en la Galia Comata!. Este último año puede que os haya parecido extraño. ¡Hemos caminado más de lo que hemos cavado! ¡No hemos pasado hambre demasiados días! ¡No nos hemos helado demasiadas noches! ¡Algún revolcón en la paja de vez en cuando! ¡En los bancos de la legión ha entrado dinero en abundancia! ¡Hemos hecho un bonito y vivificante viaje por mar para limpiarnos las narices! Vaya, vaya... ¡a este paso acabaréis por volveros blandos! . Pero eso no podemos consentirlo, ¿verdad, muchachos?


-¡No! -rugieron los soldados, que se estaban divirtiendo de lo lindo.

-Eso es lo que yo pensaba. ¡Ya va siendo hora, me he dicho a mí mismo, de que esos cunni de soldados que tengo en mis legiones vuelvan a hacer lo que mejor saben hacer! ¿Qué es lo que hacéis mejor, muchachos?


-¡CAVAR! -respondieron los soldados echándose a reír.

-¡Ser los primeros con César! ¡Cavar! A lo mejor un año de estos Pompeyo se anima a luchar, y no podemos dejar que entréis en combate sin haber removido primero unos cuantos millones de cubos cargados de tierra, ¿verdad?


-¡No! -rugieron los soldados, histéricos de risa.

-Eso me parecía. ¡De manera que vamos a hacer lo que mejor hacemos, muchachos! ¡Vamos a cavar sin parar! Y cuando acabemos cavaremos un poco más. Tengo el capricho de hacer que, en comparación, lo de Alesia parezcan unas vacaciones. Se me ha antojado que pongamos a Pompeyo contra el mar. ¿Estáis conmigo, muchachos? ¿Cavaréis junto a César?


-¡Sí! -rugieron los soldados mientras agitaban los pañuelos en el aire.


(C. McC. )




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